miércoles, 3 de junio de 2009

Aborto: homicidio de una vida humana inocente

(copiado de internet)

Aborto:
¿simple extracción de un coágulo
u homicidio de una vida humana inocente?

Uno de los puntos clave de la controversia sobre el aborto es saber cuándo comienza la vida humana.

En sentido meramente biológico, puede decirse que no comienza sino apenas se transmite. Todas las células vivas provienen de otras células vivas. Esa continuidad de vida es el postulado básico de la biología. (1) Pero esa explicación no basta porque también los espermatozoides, los óvulos o cualquier célula del organismo humano son seres vivos.

No se trata de defender apenas la vida. Hasta los animales y las plantas la tienen. Se trata de defender algo intrínsecamente más noble: la vida humana. Y más específicamente, la vida humana inocente e indefensa.

Generalmente, los promotores de la legalización del aborto se empeñan en afirmar que no hay víctimas.

De ahí que sustenten que el producto de la concepción es una simple masa informe de protoplasma. De esa forma, el aborto consistiría en la mera eliminación de un parásito, de un tumor o de un amasijo de carne enquistado en el vientre materno.
Es lo que da sentido a las cínicas declaraciones del médico abortista, Dr. Martti Kekomaki: "Un bebé abortado es simple basura". Y también a las palabras, no menos cínicas del Dr. Howard I. Diamond: "Tengo pena de un gato hambriento... Un feto no deseado: eso no es deplorable" (2)

Desde ese punto de vista, el aborto provocado no podría ser considerado un crimen o un asesinato, pues no habría homicidio donde nunca hubo vida humana. El interrumpir el embarazo, inclusive 24 horas antes del parto, sería un derecho incuestionable de la mujer.

Por el contrario, si el embrión es un ser humano, individual, autónomo e irrepetible, el aborto provocado se identifica con el homicidio. Así, el nonato merece la misma protección legal que se debe a todo hombre, pues su vida es tan humana como la de una criatura ya nacida o la de un adulto.

Se trata por lo tanto, de saber si el producto de la concepción es o no una vida humana. Es precisamente lo que se responderá en este capítulo.

(11) ¿Cuál es el instante inicial de la vida humana?
La embriología y la biogenética han demostrado, con absoluta certeza, que la vida de un nuevo ser humano comienza en el momento en que se unen el gameto masculino (espermatozoide) y el gameto femenino (óvulo).
En este proceso de fusión se unen 23 cromosomas del espermatozoide paterno a los 23 cromosomas del óvulo materno.
En ese mismo instante se forma una nueva célula de 46 cromosomas, llamada cigoto, el cual "contiene una nueva combinación de material genético, resultando un individuo diferente tanto de los padres como de cualquier otro en el universo". (3)

Sobre este tema así se pronunció una autoridad internacional en la materia, el "Inmediatamente después que los 23 cromosomas paternos llevados por el espermatozoide se unen a los 23 cromosomas maternos que aporta el óvulo, toda la información necesaria y suficiente para la constitución genética de un nuevo ser humano se encuentra reunida." (4)

(12) ¿Una mera célula puede ser considerada un ser humano?
Sí. En las palabras del embriologista Dr. Keith Moore:
"cada uno de nosotros comenzó la vida como una simple célula llamada cigoto".(5)

Después de la fertilización del óvulo, no hay ninguna otra fase o etapa en que el embrión reciba una nueva y esencial contribución genética para ser lo que es.
Dice el ya citado Prof. Lejeune:
"El hecho de que el niño vaya creciendo en el seno de su madre durante 9 meses, en nada modifica su condición humana." (6)

Aquella minúscula célula es un ser humano único y completo:

• Único, porque nunca existió y jamás existirá en la historia un ser idéntico a él. "La concepción confiere la vida y hace a ésta única en su género", afirman los médicos Landrum Shettles y David Rorvik. (7)

• Completo porque el código genético del cigoto contiene todas las informaciones sobre cada una de las características de un nuevo ser humano, tales como la altura, el color de los ojos, el cabello, la piel, el sexo, etc.
Escriben Shettles y Rorvik:
"El tipo genético –las características heredadas de un ser humano individualizado- es establecido en el proceso de la concepción y permanecerá en vigor por toda la vida de aquel individuo".(8)

Por lo tanto, a partir de la fecundación estamos ya en presencia de una nueva vida humana. Nunca antes en la historia de la humanidad ha existido exactamente ese ser. Y nunca más volverá a existir otro ser humano exactamente igual a ese. El embrión sólo necesitará de nutrición, oxígeno y tiempo para llegar a la plena maduración de un hombre adulto.
Como bien sintetizó el Dr. Jerôme Lejeune:
"Una vez concebido, un hombre es un hombre". (9)

(13) El óvulo fertilizado o cigoto ¿es sólo un ser humano potencial?

No. El cigoto (u óvulo fertilizado) no es un ser humano potencial, sino un ser humano con gran potencial.
Podríamos decir que el espermatozoide y el óvulo, antes de su unión, constituyen células con una dignidad especial, porque una vez completada su unión, se transformarán en un ser humano en el pleno sentido del término.

(14) Esa nueva célula ¿no es un mero proyecto de vida humana?

Llamar al cigoto “mero proyecto de vida humana” es completamente absurdo.

Un "proyecto" de construcción edilicia, por ejemplo, es simplemente un plano arquitectónico concebido en el papel, sin ninguna potencialidad para crecer y desarrollarse por sí mismo. Podría quedar guardado en un cajón y nunca se transformaría en un edificio.

Pero la nueva célula o cigoto se desarrolla por sí misma, primero en la trompa de Falopio, luego en el útero materno y aún fuera de él como lo prueban las recientes experiencias.
Destruir el proyecto de una casa, no es destruir la casa.
Pero matar al cigoto, es suprimir un ser humano que ha comenzado ya a desarrollarse.