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sábado, 22 de mayo de 2010
Mujeres ricas en la Sexta
Cuando empezaron a enseñar casas de ricos excéntricos, ya me extrañó mucho que esa gente se prestara a salir en televisión en plena crisis a presumir de sus pertenencias. No sé si no les importa que les envidien o incluso les odien, que puedan ir a robarles o incluso atacarles por la calle. Muy seguros de sí mismos deben de estar para enseñar sus vidas de esa manera. La excepción son aquellas casas que, siendo especiales, no eran lujosas. Sin embargo, ahora rizando el rizo la cadena ha visto el éxito del formato y ha decidido sacar un programa de mujeres ricas que, al parecer tiene mucha audiencia también. Unas señoras, además, que se limitan a disfrutar de su dinero sin hacer nada útil ni ayudar a nadie y demuestran el tópico de rubia-rica-guapa-tonta.
De verdad que no comprendo nada en esta época que estamos viviendo. No le veo la gracia a ver a otros despilfarrar lo que a tantos nos hace falta. Si se trata de reirse, burlarse o ponerles verdes, supongo que sí puede ser un buen desahogo, pero no es sano. Andar alimentando resentimientos y envidias, como si no tuviéramos ya bastantes en este país, creo que es algo incluso peligroso. Pero lo que no me explico es qué interés encuentran esas mujeres en salir en televisión enseñando sus intimidades. Por dinero, no lo harán. Por publicidad, no creo que les haga falta. Por maldad, en un momento como el que vivimos... Supongo que es simplemente el poder de la fama que ha enloquecido ya a tanta gente.
De verdad que no comprendo nada en esta época que estamos viviendo. No le veo la gracia a ver a otros despilfarrar lo que a tantos nos hace falta. Si se trata de reirse, burlarse o ponerles verdes, supongo que sí puede ser un buen desahogo, pero no es sano. Andar alimentando resentimientos y envidias, como si no tuviéramos ya bastantes en este país, creo que es algo incluso peligroso. Pero lo que no me explico es qué interés encuentran esas mujeres en salir en televisión enseñando sus intimidades. Por dinero, no lo harán. Por publicidad, no creo que les haga falta. Por maldad, en un momento como el que vivimos... Supongo que es simplemente el poder de la fama que ha enloquecido ya a tanta gente.
miércoles, 24 de febrero de 2010
Las pasiones que mueven a la humanidad
Son el orgullo, la envidia y el rencor, muy especialmente en nuestro país. Estimado quien tú ya sabes: ¿cómo te van a durar las parejas, si atacas a tus amigos de la manera más rastrera y luego eres incapaz de disculparte?. A veces, las relaciones sentimentales sólo nacen del deseo de control sobre el otro. Así que, cuando se consigue, no queda nada más. Esa misma soberbia guía la ambición personal de los que dicen querer realizarse, pero sólo quieren ser más que el vecino.
La envidia es una de las emociones más difíciles de aceptar y reconocer, porque a menudo se envidia precisamente lo que se critica. En cuanto al rencor, es alimentado por algunos para su propio beneficio. Como dicen en Star Wars:
El Miedo lleva a la ira, la ira nos conduce al Odio, el odio al Sufrimiento. El Miedo es el camino al lado oscuro de la fuerza.
Al fin y al cabo, las novelas sólo reflejan la realidad, También las historias de Harry Potter nos presentan la disyuntiva entre el bien y el mal. El poder, como arma peligrosa, ya que a menudo corrompe al que lo posee. Curiosamente, son las personas despreocupadas, que tienen todas las necesidades básicas cubiertas, las más propensas a caer en el orgullo y la envidia.
El resentimiento es el último refugio de aquellos que han dejado pasar todas las oportunidades y sólo buscan ya a quién culpar de sus fracasos. (Véase Zapatero). Pero, de estas pasiones, se derivan todos los males que nos aquejan: el extremismo, la violencia, el hedonismo, el relativismo... La solución no puede ser más sencilla y más difícil de aplicar: amarnos los unos a los otros.
La envidia es una de las emociones más difíciles de aceptar y reconocer, porque a menudo se envidia precisamente lo que se critica. En cuanto al rencor, es alimentado por algunos para su propio beneficio. Como dicen en Star Wars:
El Miedo lleva a la ira, la ira nos conduce al Odio, el odio al Sufrimiento. El Miedo es el camino al lado oscuro de la fuerza.
Al fin y al cabo, las novelas sólo reflejan la realidad, También las historias de Harry Potter nos presentan la disyuntiva entre el bien y el mal. El poder, como arma peligrosa, ya que a menudo corrompe al que lo posee. Curiosamente, son las personas despreocupadas, que tienen todas las necesidades básicas cubiertas, las más propensas a caer en el orgullo y la envidia.
El resentimiento es el último refugio de aquellos que han dejado pasar todas las oportunidades y sólo buscan ya a quién culpar de sus fracasos. (Véase Zapatero). Pero, de estas pasiones, se derivan todos los males que nos aquejan: el extremismo, la violencia, el hedonismo, el relativismo... La solución no puede ser más sencilla y más difícil de aplicar: amarnos los unos a los otros.
martes, 1 de diciembre de 2009
La verdad sale a la luz
El gran problema de nuestra época es que se ha perdido la verdad universal. Cada cual cree que puede alcanzar su propia verdad y acuñar una moral a su medida. Pero la verdad es una, como el amor es uno y Dios es uno. Cuando se intenta manipular la realidad y poner nuevos nombres a viejas historias las consecuencias siempre son nefastas. Pero, además, es inútil, porque la verdad siempre acaba saliendo a la luz. Tardará un año o tal vez un milenio pero siempre acaba resurgiendo. Es inmune a la política y los intereses económicos. Reside en el corazón de cada persona aunque algunos se nieguen a recibirla. En el fondo siempre saben que está ahí. Intentan ocultarla bajo pliegues de mentiras piadosas. Procuran disfrazarla con doctrinas contradictorias. Los hay que se refugian en la droga, el sexo o la bebida. Pero en el fondo todos la saben, todos la conocen. La verdad subsiste.
¿Por qué sé yo eso? Como lo sabemos todos cuando somos niños, antes de que el rencor, la envidia y la rabia empiecen a hacer mella en el espíritu, permitiendo que encontremos justificaciones a nuestros actos. Lo sabía cuando dejé de ir a misa, pero nunca dejé de rezar, y ahora otra vez voy a misa. He rezado cientos, tal vez miles de horas. Creo que de ese modo me fui librando de las corazas que yo misma había fabricado. Ahora sé que acabar con una vida humana está mal y no hay nada que lo justifique; también quitarle sus bienes a los que los han ganado honradamente; o mentir conscientemente contra toda evidencia; o el sexo sin amor. Cometer esa clase de acciones nos aleja de la verdad y la vida. He sentido cosas que no puedo explicar que me han confirmado que ése es el camino. No dejéis que nadie os engañe llamando a las mismas cosas de otro modo.
¿Por qué sé yo eso? Como lo sabemos todos cuando somos niños, antes de que el rencor, la envidia y la rabia empiecen a hacer mella en el espíritu, permitiendo que encontremos justificaciones a nuestros actos. Lo sabía cuando dejé de ir a misa, pero nunca dejé de rezar, y ahora otra vez voy a misa. He rezado cientos, tal vez miles de horas. Creo que de ese modo me fui librando de las corazas que yo misma había fabricado. Ahora sé que acabar con una vida humana está mal y no hay nada que lo justifique; también quitarle sus bienes a los que los han ganado honradamente; o mentir conscientemente contra toda evidencia; o el sexo sin amor. Cometer esa clase de acciones nos aleja de la verdad y la vida. He sentido cosas que no puedo explicar que me han confirmado que ése es el camino. No dejéis que nadie os engañe llamando a las mismas cosas de otro modo.
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