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viernes, 21 de enero de 2011
Padres irresponsables
Es una pena pensar en los pocos niños que nacen hoy en día y lo poco que se valora a los que lo hacen. Yo ya sospechaba hace años que los bebés que se crían en guardería ocho horas diarias desde los cuatro meses, tenían que sufrir las consecuencias. Parece ser que hay estudios que demuestran que son más insensibles a nivel emocional. No es extraño, cuando ya se sabía hace tiempo que los niños crecidos en orfanatos, donde no cuentan con atención personalizada, pierden incluso capacidad intelectual. Nunca será lo mismo que recibir la estimulación directa de un adulto todo el día, especialmente si se trata de su propia madre; pero también sirve un familiar o incluso una cuidadora.
Entonces es cuando dicen que no se pueden permitir el gasto. Siendo así, es preferible que no tengan hijos; pero la verdad es que renunciar a las vacaciones un año, por ejemplo, da para mucho. Un hijo debería ser el objetivo prioritario de nuestro esfuerzo y también de nuestro dinero. Luego, veo a menudo niños de apenas ocho años que van solos al colegio cruzando varias calles, y otros aún más pequeños que juegan solos en el parque, porque sus padres están en el trabajo. Incluso, he visto varias veces a una madre que cruzaba la calle con uno de sus hijos, dejando a dos más pequeños detrás. Un niño es una responsabilidad enorme y no se pueden dejar en manos del azar. En otros países creo que están más concienciados con este tema que nosotros.
Entonces es cuando dicen que no se pueden permitir el gasto. Siendo así, es preferible que no tengan hijos; pero la verdad es que renunciar a las vacaciones un año, por ejemplo, da para mucho. Un hijo debería ser el objetivo prioritario de nuestro esfuerzo y también de nuestro dinero. Luego, veo a menudo niños de apenas ocho años que van solos al colegio cruzando varias calles, y otros aún más pequeños que juegan solos en el parque, porque sus padres están en el trabajo. Incluso, he visto varias veces a una madre que cruzaba la calle con uno de sus hijos, dejando a dos más pequeños detrás. Un niño es una responsabilidad enorme y no se pueden dejar en manos del azar. En otros países creo que están más concienciados con este tema que nosotros.
miércoles, 20 de octubre de 2010
Demasiado o demasiado poco
Ése es el concepto de la educación de los niños en España. Hay padres que son como el "encantador de perros". Pretenden que sus hijos pequeños les sigan al paso, que no levanten la voz y no desordenen la casa. Eso no es un hijo, - ni un perro -, es un robot. Los niños necesitan cierto descontrol para poder desarrollar su imaginación, adquirir destrezas y aprender a hacer las cosas solos. Un niño demasiado controlado es un adulto inútil. En el otro extremo, está los padres "colegas" que hacen la vista gorda siempre que el niño no les moleste. Se han grabado a fuego la máxima - ya pasada de moda - de no traumatizar a la infancia, y la siguen al pie de la letra. No se dan cuenta de que sus hijos tienen un sentido innato del bien y del mal. Es decir, que saben cuándo están siendo malos y, si sus padres no les riñen, piensan que no les importan lo suficiente. Un niño sin educar es un adulto falto de atención y cariño. Otro fracasado social.
¿Tan difícil es dar con el término medio? Si no saben tratar con niños, menos lo van a hacer con adolescentes. Los problemas infantiles te parecen entonces una tontería. Un hijo necesita amor incondicional, pero también desea que le pongan unos límites para ayudarle a ser mejor persona. Si no lo hacen así, acabará aprovechándose de la situación, porque es pequeño pero tampoco es tonto. No hace falta que explique que los hijos que sufren exceso de disciplina tampoco son felices. Hay padres y madres que son verdaderos sargentos del ejército y no tienen ninguna paciencia con los niños. Lo peor no son los gritos, sino el desprecio con que los tratan. No es obligatorio tener hijos y, si no se tiene vocación de padre, es mejor evitarlos. Evitarlos, que no abortarlos. Un bebé intrauterino ya existe. La única receta para educar niños consiste en amor y sentido común.
¿Tan difícil es dar con el término medio? Si no saben tratar con niños, menos lo van a hacer con adolescentes. Los problemas infantiles te parecen entonces una tontería. Un hijo necesita amor incondicional, pero también desea que le pongan unos límites para ayudarle a ser mejor persona. Si no lo hacen así, acabará aprovechándose de la situación, porque es pequeño pero tampoco es tonto. No hace falta que explique que los hijos que sufren exceso de disciplina tampoco son felices. Hay padres y madres que son verdaderos sargentos del ejército y no tienen ninguna paciencia con los niños. Lo peor no son los gritos, sino el desprecio con que los tratan. No es obligatorio tener hijos y, si no se tiene vocación de padre, es mejor evitarlos. Evitarlos, que no abortarlos. Un bebé intrauterino ya existe. La única receta para educar niños consiste en amor y sentido común.
viernes, 12 de marzo de 2010
Mi perro
Cuando espero en el coche por las mañanas, siempre pasa una señora por delante con un cachorro de pastor alemán precioso. Se nota que están muy encariñados, que el perro juega con ella como si fuera su madre y ella lo cuida como si fuera un hijo. Ya sé que no es el mismo sentimiento, pero se parece mucho. Yo tuve un hermano perro. Cuando era niña, por diferentes circunstancias no tenía mucho trato con mis propios hermanos, pero mi perro me daba toda la atención y el cariño que necesitaba y yo también estaba pendiente de él. Tengo una buena familia y les quiero, pero el perro me hacía mucha compañía.
Vivió hasta los dieciseis años. Han pasado más de veinte y todavía le echo de menos. Existe un amor incondicional que sólo te puede dar una criatura irracional, alguien que no sepa nada de la envidia ni el rencor. Mi perro era como un ángel para mí. Cuando volvía del colegio desanimada porque no me iban bien las cosas, cuando me quedaba en casa porque no tenía con quien salir, cuando discutía una vez más con mi hermana; mi perro se acercaba a mí porque notaba que le necesitaba y siempre estuvo a mi lado. Nunca podré agradecerselo lo suficiente.
Por eso cuando veo esos horribles festejos que incluyen la tortura y muerte de animales, ya sean toros, gallos o cualquier otro. Cuando veo perros y gatos abandonados y maltratados, o las matanzas de delfines o focas. Cuando oigo que hay gente que afirma que el asesinato puede ser un arte..., se me parte el corazón. Se nota que nunca han conocido lo que es tener una relación emocional con un animal. Incluso aunque los hayan tenido en su casa, no han sabido establecer ese vínculo anímico. No saben lo que se pierden.
Quiero recomendaros este documental: www.loquedeverdadimporta.org/
Vivió hasta los dieciseis años. Han pasado más de veinte y todavía le echo de menos. Existe un amor incondicional que sólo te puede dar una criatura irracional, alguien que no sepa nada de la envidia ni el rencor. Mi perro era como un ángel para mí. Cuando volvía del colegio desanimada porque no me iban bien las cosas, cuando me quedaba en casa porque no tenía con quien salir, cuando discutía una vez más con mi hermana; mi perro se acercaba a mí porque notaba que le necesitaba y siempre estuvo a mi lado. Nunca podré agradecerselo lo suficiente.
Por eso cuando veo esos horribles festejos que incluyen la tortura y muerte de animales, ya sean toros, gallos o cualquier otro. Cuando veo perros y gatos abandonados y maltratados, o las matanzas de delfines o focas. Cuando oigo que hay gente que afirma que el asesinato puede ser un arte..., se me parte el corazón. Se nota que nunca han conocido lo que es tener una relación emocional con un animal. Incluso aunque los hayan tenido en su casa, no han sabido establecer ese vínculo anímico. No saben lo que se pierden.
Quiero recomendaros este documental: www.loquedeverdadimporta.org/
martes, 12 de mayo de 2009
El monstruo de ojos verdes
Me refiero a los celos. Una de las emociones más fuertes y destructivas que existen. Sin embargo, en la pareja creo que son necesarios. Celar a alguien es darle a entender que le valoras y aprecias su voluntad de seguir contigo a pesar de las tentaciones que puedan surgir. Siempre que no se convierta en algo obsesivo o violento, creo que no es ningún problema. Pero yo quería hablar de los celos en la familia. Como conozco bien el tema, desde que mis hijos eran pequeños he tenido mucho cuidado en intentar reprimir esa clase de sentimientos. Es inevitable que cada uno de ellos se sienta mal cuando dedico mi atención a otro, pero les he explicado muchas veces que atiendo a cada cual según sus necesidades, y procuro dedicarle un tiempo en exclusiva a los tres. Es más fácil para mí, ya que no trabajo y tengo más horas libres.
Si hubiera trabajado hasta tarde, nunca se me hubiera ocurrido tener tres hijos. Los niños necesitan mucha atención cuando son pequeños, y cuando crecen tampoco se les puede descuidar. Ahora procuro hablar con cada uno un rato, aunque tenga que perseguirles para ello, porque son adolescentes y, sobretodo el chico, no tiene ninguna gana de charlar con su madre. Dicen que soy una pesada, pero no les hago caso. He visto familias donde los celos han conseguido destruir completamente la relación fraternal y a pesar de los años nunca han podido alcanzar el nivel de confianza y cariño incondicional que debería regir a una familia. Me temo que en estos casos la culpa viene a ser de los padres, porque una cosa es comprender que tengan celos y otra desprecuparse de las consecuencias.
Mis vecinos de arriba, con tres hijas son un ejemplo muy claro de cómo el monstruo de ojos verdes pueden acabar con la convivencia diaria. Se lo avisé a mi vecina, pero no me hizo caso. Aún así es una batalla que se libra cada día y nunca se puede bajar la guardia. Los celos son algo natural, pero hay que mantenerlos bajo control toda la vida. La mayoría de los conflictos personales tienen su base en un tema de celos. El padre o la madre que hacía más caso a uno de los hijos porque era más familiar, mientras el otro hijo, más independiente, se sentía excluído. La contraposición de sentimientos de amor y rabia hacia la misma persona es algo difícil de manejar sin ayuda. A veces pienso que debería haber un psicólogo por familia, pero uno que sepa hacer realmente su trabajo.
Si hubiera trabajado hasta tarde, nunca se me hubiera ocurrido tener tres hijos. Los niños necesitan mucha atención cuando son pequeños, y cuando crecen tampoco se les puede descuidar. Ahora procuro hablar con cada uno un rato, aunque tenga que perseguirles para ello, porque son adolescentes y, sobretodo el chico, no tiene ninguna gana de charlar con su madre. Dicen que soy una pesada, pero no les hago caso. He visto familias donde los celos han conseguido destruir completamente la relación fraternal y a pesar de los años nunca han podido alcanzar el nivel de confianza y cariño incondicional que debería regir a una familia. Me temo que en estos casos la culpa viene a ser de los padres, porque una cosa es comprender que tengan celos y otra desprecuparse de las consecuencias.
Mis vecinos de arriba, con tres hijas son un ejemplo muy claro de cómo el monstruo de ojos verdes pueden acabar con la convivencia diaria. Se lo avisé a mi vecina, pero no me hizo caso. Aún así es una batalla que se libra cada día y nunca se puede bajar la guardia. Los celos son algo natural, pero hay que mantenerlos bajo control toda la vida. La mayoría de los conflictos personales tienen su base en un tema de celos. El padre o la madre que hacía más caso a uno de los hijos porque era más familiar, mientras el otro hijo, más independiente, se sentía excluído. La contraposición de sentimientos de amor y rabia hacia la misma persona es algo difícil de manejar sin ayuda. A veces pienso que debería haber un psicólogo por familia, pero uno que sepa hacer realmente su trabajo.
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