Mostrando entradas con la etiqueta futuro. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta futuro. Mostrar todas las entradas

jueves, 9 de diciembre de 2010

Un meme

¿Cual es tu reto?
Me conformo con vivir el día a día

¿Qué dirías a tu jefe si te tocara la lotería
No tengo jefe
¿Qué harías si descubrieras que alguien te está mintiendo?
 Depende. Hay mentiras inofensivas y mentiras graves.
Si se quema la casa y solo puedes salvar una cosa ¿que salvarías?
 Las fotos familiares y algún recuerdo más.
Entras en un sitio con mucha gente ¿qué haces?
Intento pasar desapercibida
¿Te llevas bien con tu suegra?
Sí, pero a cierta distancia
Ves el vaso medio lleno o medio vacío
Medio vacío siempre, pero intento que no me afecte.
Te encuentras una lámpara mágica ¿qué tres deseos pides?
Lo típico: salud, amor y trabajo 
¿Qué te llevó a escribir un blog?
Empezó como un diario personal y más tarde empecé a conocer gente.
Si fueses un dinosaurio ¿como te llamarías?
Supongo que algo así como "maternalis"
¿Querrías cambiar algo de tu pasado?
Muchas cosas, pero es mejor no pensar en ello.
¿Cual es tu sueño?
Ver crecer a mis hijos y mis nietos. Envejecer junto a mi marido.
¿Qué es lo más vergonzoso que has hecho?
Sería difícil elegir sólo una cosa.
¿Con qué primera vez de tu vida te quedas y por qué?
Con la maternidad. Es lo mejor que te puede pasar en la vida.
¿Alguna vez has estado de pie bajo la lluvia, con los ojos cerrados, simplemente, o has pasado un tiempo mirando a la Luna, o las olas, o la puesta de sol?
Muchas veces.
Si pudieras viajar en el tiempo ¿a donde irías y por qué?
Tal vez a una epoca menos complicada.
Si te reencarnaras en un animal ¿cual te gustaría ser?
Tal vez un conejo. Una vida sencilla.
¿Qué no falta nunca en tu bolso?
De todo. Llaves, pañuelos, lima, móvil...
¿A quién no has perdonado ni perdonaras en la vida y por qué?
Creo que afortunadamente he perdonado a todos, pero no he olvidado todo.

Copiado de Diario de una mujer, madre y esposa atribulada

lunes, 5 de julio de 2010

La realidad

Una cosa son las teorías que se tienen sobre cómo debería ser nuestra vida y nuestro futuro. A lo largo de años de vida y experiencias vas sacando unas conclusiones acerca de cómo funcionan las cosas y cómo deberían hacerse para mejorar y dar mejores resultados. En mi caso, he dedicado veinte años a llevar a cabo mis ilusiones acerca de crear una familia en la cual cada uno pudiera desarrollar sus capacidades de forma armónica y alcanzar una cierta felicidad, dentro de lo que cabe. Pero luego, aparecen otras circunstancias que no puedes controlar y a veces echan todo el trabajo por tierra, sin que puedas hacer nada más que quedarte mirando como tus sueños se  volatilizan ante tus ojos.

He perdido la inspiración por varios motivos: en primer lugar, porque estoy preocupada por mis padres que andan mal de salud; en segundo lugar, porque me ha afectado lo del perrillo; en tercer lugar, porque la batalla contra el aborto parece perdida de momento. Pero, sobretodo, lo que más me afecta es que mi propio hijo mayor parece estar completamente en desacuerdo; no sólo con mis ideas políticas, -que es lo de menos-, sino con toda mi filosofía de vida; con todo lo que yo pensaba que le había enseñado mediante el ejemplo respecto a valores como el trabajo, el sacrificio o la dedicación a los demás. Sólo me queda esperar que no sea más que un sarampión de la edad y, sobretodo, que no le aleje de su familia.

lunes, 28 de junio de 2010

La vida no es una piscina

Pero, incluso en las piscinas, hay accidentes. Vivimos en el mundo de aquí y ahora, y muchos creen que lo tienen todo controlado. Está bien ser optimista, siempre que no pierdas el contacto con la realidad. Lo que no sirve de nada es repetir que todo va bien, como un mantra que pueda evitarte toda contrariedad. Nuestro gobierno sigue ese lema. Lo que pasa es que la vida es un mar y, como tal, está en continuo movimiento. Hay montones de factores de incertidumbre alrededor, como puedan ser una tormenta, las algas, los peces o, incluso, otros grandes mamíferos. Todo ello puede llegar a afectarnos de alguna manera. No se pueden hacer planes de futuro contando con que las condiciones atmosféricas serán ideales y el agua no se va a mover a nuestro alrededor.

A veces me parece que escribo cosas muy obvias y, sin embargo, hay mucha gente que no las conoce. Por ejemplo, aquellos que conducen suponiendo que los demás coches les ven siempre venir y se van a apartar a su paso, como si hubieran comprado la carretera y les perteneciera en propiedad. También, los que tienen relaciones promiscuas y creen que las enfermedades venéreas sólo las pillan los demás porque son tontos. O los que descuidan su trabajo, pensando que tienen el puesto asegurado de antemano. Entonces, van nadando por su piscina hasta que un día un pez les muerde un pie; y acaban descubriendo que la vida se construye cada día, que el amor hay que mantenerlo vivo y que la suerte es de los que se la trabajan.

miércoles, 26 de mayo de 2010

La perversión de las palabras 3

Hijos

Durante milenios, una de las grandes aspiraciones del ser humano era tener muchos hijos, cuidarlos y verlos crecer. Ahora, los hijos se han convertido más bien en un objeto de consumo, una especie de lujo al alcance de pocos. Los que nacen, reciben un exceso de cuidados materiales al tiempo que una falta de atención real a nivel emocional y humano. No hace falta aclarar que muchos no llegan a nacer porque son abortados. Realmente, los hijos deberían seguir siendo el principal objetivo de nuestras vidas, porque ellos son nuestro legado al futuro y el único medio de renovación de la humanidad. No hay tarea más difícil ni más importante que preparar a los niños para el futuro y procurar que sean buenas personas. Lo demás, son maneras de ganarse la vida o pasar el tiempo.

Familia

Sin hay un concepto que ha perdido todo su sentido es éste. La familia había sido siempre la base de la sociedad; el lugar natural donde se desarrollan los afectos y se aprende a convivir. Ahora, supone cualquier amalgama de personas compartiendo una misma vivienda; es decir: hijos de distintos padres o incluso de padres desconocidos (inseminaciones), segundas o terceras parejas (incluso del mismo sexo), etc... Ante ello, esta institución ha perdido todo su valor como punto de apoyo para las personas. Se esperaba que la familia fuera algo inamovible que te acompañara hasta el fin de tus días. Al no tener esa referencia, los jóvenes se sienten perdidos, no sabiendo a quién acudir con sus dudas y buscando consejo en lugares erróneos.

lunes, 3 de mayo de 2010

Como en las películas

Ver un película conmigo en casa es un poco incómodo. Más que nada porque suelo adivinar la trama y los desenlaces. No es extraño cuando ya se han visto tantas otras parecidas. El problema es que me pasa igual con todo. Me imagino el pasado y el futuro de la gente y suelo acertar bastante. De manera que, la vida no hace más que confirmar lo que espero de cada persona, aunque, afortunadamente, de vez en cuando me da sorpresas; porque mis vaticinios no suelen ser muy positivos.

Cuando voy a misa por la mañana, está llena la iglesia de gente ya mayor. Entonces me imagino que, no hace tanto tiempo, ellos también eran adolescentes con acné abriéndose camino en la vida, descubriendo el mundo, haciendo sus elecciones. Más tarde, eran padres jóvenes preocupados por sus niños aprendiendo sobre la marcha a llevar una familia. Y ahora, muchos son abuelos, sabios por la experiencia que les ha dado la vida, apurando sus últimos años con resignación y esperanza. Espero llegar a ser algún día como ellos.

domingo, 6 de diciembre de 2009

¿Es mejor así?

España se ha convertido en uno de los países donde más divorcios se producen al año. Tantos que me pregunto cuánto tardarán en ser mayoría las parejas divorciadas sobre las casadas. Ante estas situaciones siempre sale el comentario de "es mejor para los dos porque no podíamos seguir así". Pero estoy convencida de que al cabo de unos años, tal vez cinco, tal vez diez, la mayoría de ellos se arrepienten de haber dado ese paso y se preguntan si hicieron lo suficiente para evitarlo.

La convivencia no es fácil, menos todavía entre dos personas que pasan mucho tiempo juntas. Además el tiempo pasa y las circunstancias cambian obligando a cada cual a adaptarse, no sólo a sus propios problemas sino también los de su pareja. Se añade la falta de tiempo, el cansancio, el estrés, la preocupación por los hijos si los hay... y llega un momento en la vida de toda pareja en que te preguntas si vale la pena seguir luchando por entenderse.

Lo fácil es marcharse, abrir la puerta y no volver más. Lo cómodo es decir lo que piensas, no escuchar y zanjar el tema. Lo rápido es poner tierra por medio, firmar unos papeles y olvidar el pasado. Pero entonces estás tirando a la basura unos años, todo el cariño que pusiste en esa persona, toda la ilusión y los planes de futuro, a cambio de nada. Te espera un futuro incierto donde posiblemente no encuentres a nadie mejor y no vuelvas nunca a recuperar lo que tuviste.

Es fácil acabar una relación, lo difícil es quedarse, lo duro es intentar olvidar, perdonar y seguir adelante. Pero el éxito es para los luchadores, para los que no se rinden, para los que buscan puntos en común entre las desavenencias y se agarran a los buenos recuerdos, a lo que hemos vivido juntos. Las parejas que perduran no son las que tenían todo a favor, sino las que no tiran la toalla. El amor no es una loteria, es un trabajo diario.

No existe la relación perfecta ni la persona ideal que va a complementar todas tus necesidades. No hay rosas sin espinas ni es cierto que algunos no discutan nunca o no se peleen. Nadie está siempre de acuerdo, nadie se lleva siempre bien. La diferencia está en que algunos miramos adelante y no nos dejamos vencer por las dificultades. Ponemos la voluntad de querer por encima de todo y eso hace que todo compense. El premio es la felicidad.

viernes, 28 de agosto de 2009

La pieza del puzzle

A veces me parece que la vida es un gigantesco puzzle donde vas encajando las piezas hasta descubrir el dibujo que se oculta detrás. Algunas tienen un lugar muy evidente, pero hay otras que encajan en varios huecos y tardas un tiempo en darte cuenta de que no era la pieza correcta. Yo no me puedo quejar porque tengo bastante facilidad para saber cuando el puzzle no va bien. Otra cosa es que sepa localizar exactamente el problema. Es me lleva más tiempo, pero también lo acabo consiguiendo. Llega un momento en que cada pieza encaja en su lugar y entonces siento una gran satisfacción, pero sé que me toca seguir con otra zona de mi vida. Pasado, presente y futuro forman parte de esa trama y también las personas con las cuales nos relacionamos. Hay que procurar sobre todo no perder ninguna pieza.

Llega un momento en que, de ese puzzle se derivan otros, que van creciendo por su cuenta sin que tú tengas ya el control de la situación. Resulta duro pensar que pueden equivocarse y echar a perder el dibujo de su vida, pero en esos puzzles ya sólo tienes un voto que puede sumar a favor o en contra del total. Cuando veo que alguna pieza está fuera de lugar es probablemente por algún tema que desconozco, pero no me queda más que esperar a que se descubra el entramado y cada pieza encuentre el sitio que le corresponde. Para una experta en puzzles como yo, incluso los ajenos de gente desconocida acaban mostrando sus dibujos con sus aciertos y sus errores. Por eso, me cuesta un gran esfuerzo callarme y no dedicarme a ayudar en la labor.

Después de escribir el post leí esto:
XL. Pero el buen trabajo no siempre se ve recompensado con un descubrimiento...
K.B.M.
Esto de la invención tiene sus propias reglas. A menudo, cuando alguien intenta descubrir algo, no es la lógica la que lo lleva a la solución, sino un sinuoso proceso subconsciente. A menudo, la solución está en algo que, en un principio, puede parecerte un error. Y, sin embargo, no es suerte. Es algo inevitable. Porque después ves que todas las piezas encajan, que estaban ahí, esperando que alguien las uniera. Así funciona la creatividad.
Kary B. Mullis. Premio nobel de Química

Música:  Estopa - Tragicomedia

jueves, 21 de mayo de 2009

La declaración

"Me llamo Anna y no debería estar aquí. No debería existir. Pero existo.

Año 2140. Inglaterra. La creación de un fármaco contra el envejecimiento ha permitido vencer la enfermedad y la muerte. Con el fin de evitar la superpoblación del planeta, se promulga la Declaración, ley fundamental que prohíbe a las parejas tener hijos. Las personas que nacen a pesar de esta ley se denominan Excedentes y no tienen derecho a vivir en el mundo de los Legales, pero, adiestrados correctamente, pueden ser muy valiosos como mano de obra esclavizada y desechable.
Anna tiene quince años y es una Excedente. Despojada de su apellido, de su pasado y recluida en un centro de internamiento, su vida se reduce a trabajar duro para convertirse en Empleada Valiosa. Sin embargo, la llegada de un misterioso joven llamado Peter dará un giro radical a su vida, hasta el punto de hacer tambalear el siniestro orden social que la arrogancia y la codicia del hombre han creado".

"Sensacional. Un libro que hace pensar y permanece en el recuerdo". The bookseller
"Un debut intensamente conmovedor". Publishing news
"Seguir a Anna a medida que descubre, poco a poco, el valor de su vida es un placer poco común. Tam-Tam
"Malley invita a los adolescentes a reflexionar sobre la afirmación de la personalidad y la defensa de las libertades individuales y colectivas. Un libro magnífico". Lire
Autora: Gemma Malley

Esta es la contraportada de un libro que sí deberían recomendar como lectura obligatoria en los colegios. Es una ficción muy real sobre lo que podría ser de nuestra sociedad si seguimos por el camino de querer vivir para siempre a costa de los no nacidos.