martes, 23 de octubre de 2012

Despedida de soltera

El blog de mi amiga Militos ha sido mi inspiración para el tema de hoy las despedidas de soltería. Lo llamaré así porque tanto hombres como mujeres, suelen apuntarse a este nuevo sistema de abandonar la soltería.
Recuerdo mi despedida de soltera, fue en común con la de entonces mi novio, hoy mi marido, y estuvieron nuestros amigos, y nuestra familia, hicimos una gran barbacoa en la que iba ser nuestra casa, nuestro hogar, y recuerdo los chistes, las bromas, los pinchitos, las cervezas y algún que otro cubata, fue una noche inolvidable, rodeada de todos los que queríamos.
Mientras escribo este post, acabo de preguntar a mi marido, ¿cariño tu hubieras preferido hacer solo la despedida de soltero y haberte ido de marcha tal y como hacen ahora los hombres? Y me ha respondido sin titubear: “Yo no, yo volvería a hacerla otra vez así, porque como yo disfruto de verdad es estando con mi mujer y mi familia”.
No voy a negaros, que no he saltado encima a comermelo porque estoy escribiendo en el blog, pero ganas no me han faltado. Estoy totalmente de acuerdo con mi amiga Militos de que el matrimonio no es ninguna cárcel, al contrario te confiere más libertad que la que tenías de soltera.
En el momento que te casas eres libre a la hora de escoger, como construirás tu matrimonio, como educarás a tus hijos, de qué forma harás las tareas de la casa, de que forma administrarás tu economía, de qué forma administrarás tu tiempo libre, que deportes practicarás, en que momento tendrás hijos, cuando te comprarás un mueble, de hecho el matrimonio es una gran obra, que requiere de toda una vida.

En toda mi vida, he ido creo que en un par de ocasiones a despedidas de solteras modernas, ya que siempre con alguna excusa,  no os podéis imaginar lo bien que viene tener tres hijas para plantar la excusa típica de está mi hija con fiebre, cuando quieres evitar una discusión tonta con alguien por no querer hacer algo que no va con tu forma de ser. Pero en dos ocasiones, no he tenido más remedio que ir, y no os lo voy a negar, la mejor parte siempre ha sido la cena, el poder charlar con gente que a lo mejor hace tiempo que no ves, pero cuando llega el momento de hacer el tonto, siempre he conseguido escabullirme, y quitarme de en medio.
Mi madre me contó que en su época, no había despedida de soltera, sino que en casa de la novia se exponían los regalos de boda y el ajuar y se invitaba a las amigas a tomar café y se recibía ese día algún que otro regalo, entonces el momento se vivía como una reflexión a la responsabilidad que conllevaba formar una familia.
Hoy día, parece que casarse es perder la libertad, incluso para algunas someterse a la voluntad del hombre, y perder su vida de soltera. A todas esas les quiero decir: Fui de camping por primera vez con mi marido, fui de viaje por primera vez con mi marido, dormí fuera de casa por primera vez con mi marido, he conseguido ser mejor persona con mi marido, he conocido el verdadero amor con mi marido, me he divertido con mi marido, he sufrido junto a mi marido, he llorado junto a mi marido, me he preocupado con mi marido, he sido feliz junto a mi marido, soy feliz junto a mi marido, junto a mis hijas, intento ser mejor por mi marido y por mis hijas, trabajo y lucho día a día por un mejor futuro para mi familia, y no, no me siento encarcelada, ni estoy desmotivada, ni apenada, ni nada de eso. Cuando me he sentido así, igual me hubiera sentido estando soltera, porque ha sido por problemas que te da la vida como la pérdida o la enfermedad de un ser querido.

Y no queda ahí la cosa, doy gracias a Dios de no tener un matrimonio moderno, porque como todo lo moderno se estropea con facilidad y tiene corta caducidad debido al consumismo, me encanta la familia tradicional, el matrimonio tradicional y el amor de la única forma que se entenderlo. La experiencia está ahí, todas las parejas modernas, con despedidas de esas llamadas modernas, con vidas modernas, con eso que ellos llaman libertad, para poder salir y entrar, mientras olvidan o no conocen el significado de la palabra matrimonio acaban igual, ROTAS, así que prefiero seguir siendo tradicional y conservadora en mis gustos, porque no me imagino mi vida sin Antonio, sin mis hijas, sin el jaleo de mi casa, sin mis problemas, sin los equilibrios para llegar a fin de mes, para tener la casa organizada, para compatibilizar trabajo y hogar, para cumplir como esposa cuando estoy cansada, porque pienso que si todo eso no formara parte de mi día a día, mi vida no sería vida.

 http://porlafamiliaporlavida.wordpress.com/2012/08/12/despedida-de-soltera