Uno de los errores políticos de las últimas décadas, cometido en primer lugar por los propios socialistas, fue considerar a Smiley un Bambi, o un tontaina inofensivo, o un demagogo más. Es verdad que su aspecto y su retórica invitaban al equívoco: desde su sonrisa amable y perpetua hasta su lenguaje meloso de toleran-cia y derechos. En realidad, se trata del peor presidente de la España democrática. Tal es el diagnóstico del libro breve pero enjundioso de Ignacio Arsuaga y M. Vidal Santos: «Proyecto Zapatero. Crónica de un asalto a la sociedad», publicado por Hazte Oír. Su tesis es que Smiley fue más allá que González, un gobernante siniestro pero que no se atrevió a atacar a la familia, la nación, la religión, la convivencia, la memoria, como lo han hecho Smiley y sus secuaces; aunque corresponde reconocer que éstos trabajaron sobre terreno conquistado, como en la educación, la cultura y las redes clientelares.
Lo escalofriante de este libro es que sus autores no inventan nada: toman directamente las citas de los jerarcas socialistas y ahí está a la vista el plan totalitario de «transformación de la sociedad» desde el Estado, el único protagonista que concede derechos y determina morales. Nuestras hijas pueden abortar con facilidad pero tienen terminantemente prohibido fumar: si usted mantiene la suficiente serenidad como para escandalizarse ante tamaño desconcierto moral, apreciará el valor de este libro.
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