Parece ser que el actor John Travolta perdió a su hijo mayor hace poco y a continuación tuvo un bebé. Está convencido de que el pequeño es la reencarnación del otro. Yo no puedo afirmar ni negar nada, pero puedo asegurar que cada hijo que nace es distinto. Incluso mujeres que han tenido hasta veinte hijos pueden atestiguar que no existen dos niños iguales, aunque se parezcan físicamente. Lo importante es que el alma es única y cada ser vivo tiene la suya propia. No sabemos en qué momento se une al embrión, pero yo creo que está ahí desde el primer segundo de vida. Cuando un embarazo se malogra, ese ser humano no llega a nacer. Aunque les digan a las mujeres que abortan que pueden tener más hijos; podrán tener otros, pero nunca más tendrán el hijo al que han matado. Ése no.
Salvando las distancias, cuando murió mi perro, me preguntaron si quería tener otro. Pero yo no quería un perro cualquiera, quería al mío, con su "personalidad" y su carácter. Si no hay dos animales iguales, con más razón, no puede haber dos personas iguales en el mundo. Da igual cuántos hijos se tenga. Nunca se tiene el mismo. Incluso los niños retrasados, los que padecen algún síndrome genético o enfermedad adquirida, tienen una manera de ser propia y única; lo cual demuestra que son personas completas en cuerpo y alma, y nadie tiene derecho a decidir sobre su derecho a existir. Nosotros también fuimos una mórula perdida en el útero materno y estamos aquí porque nadie hizo nada para impedirlo. No debemos olvidarlo nunca.