(...) "Los catalanes sabemos mucho de la mencionada “plenitut”. Dispusimos de casi 30 años para apreciar sus supuestas virtudes. El tripartito, no nos engañemos, fue tan solo la juerga de los golfos del nacionalismo catalán que hemos pagado todos los demás. Pero ahora llegan los de verdad, los profesionales de la cosa, sus inventores, los pata negra de la Serbia occidental.
Y con ellos la “plenitut”, una estrategia a la que Francis Ford Coppola dedicó tres películas y la democracia española, todos sus presidentes: “Voy a hacerle una oferta que no podrá rechazar.”
La “plenitut” es a la vez jugada de mus (en este caso, de botifarra) e inversión a medio plazo; es chantaje sin modales de bróker de provincias vestido de Paseo de Gracia y atraco callejero; es red clientelar y ataque de cuernos (a la “plenitut” en Andalucía la llaman “culo veo, culo quiero”).
También es sufrimiento, segregación, rechazo, xenofobia.
La “plenitut” es la cara que pone el nacionalismo convergente cuando le están mirando: se esfuerza por aparentar que considera real lo que imagina.
La “plenitut”, que encuentra su hábitat óptimo con gobiernos socialistas pero se desarrolla estupendamente con ejecutivos populares, la sufrirán los ciudadanos que quieran hacer uso de su libertad y la pagarán todos los españoles que no puedan huir del fisco.
Las cuatro provincias catalanas a las que Artur, el pequeño Milosevic, imagina en un planeta distinto al del común de los mortales españoles, inician una nueva etapa de corrupción y degradación política e inevitablemente moral. Una etapa mucho más peligrosa y tóxica que la del tripartito, porque ahora se restringirán libertades con modales más cuidados y la mano de pedir aparecerá enguantada".
nacionalismo.blogs.com/byebyespain/2010/12/el-pequeño-milosevic-y-la-plenitut-nacional.html