(...) Un atentado a la santidad de la vida humana
La Iglesia católica también se ha mostrado crítica ante la propuesta. “Será un atentado contra la santidad fundamental de la vida humana y permitirá que muchas vidas se pongan en riesgo por medio de diversos grados de coacción psicológica, social o cultural”, informaba el 5 de julio el periódico Scotsman.
La Iglesia de Escocia, la Iglesia Metodista y el Ejército de Salvación hicieron público un comunicado conjunto diciendo que la ley abriría una brecha en la prohibición de quitar la vida humana, añadía el artículo.
En un artículo de opinión publicado al día siguiente en el Scotsman, la doctora Rosemary Barrett, una de las directoras del Consejo sobre Bioética Humana escocés, afirmaba que la utilización del tratamiento contra el dolor, o el no usar máquinas que prolonguen la vida, es muy diferente de la eutanasia, en la que se tiene la intención directa de poner fin a la vida.
Los servicios de cuidados paliativos en Escocia de tratar de modo adecuado el dolor y no hay necesidad de introducir la eutanasia para lograr que los pacientes gravemente enfermos escapen a fuertes dolores, sostenía.
Mientras seguía en los últimos meses el debate sobre la eutanasia en Gran Bretaña, se pone cada vez más de manifiesto que la oposición a que se debiliten las leyes procede de muchos lados. Brendan O’Neill, editor de la página de comentarios Spiked, se dirigió a un encuentro en Londres y el 17 de mayo pu blicaba sus comentarios en su página.
Hablando como ateo y como “humanista radical”, afirmaba que es un misterio cómo el “derecho a morir” haya venido a ser visto como una causa progresista.
Desde una perspectiva humanista, declaraba que la eutanasia es contraria a lo que deberíamos hacer por un enfermo terminal, porque podría hacer que sus decisiones finales fuesen más agónicas. Y para el resto de nosotros: “A mí me parece muy poco irrefutable que la campaña por la legalización del suicidio asistido va unida con una mayor incapacidad de la sociedad de hoy para valorar y celebrar la vida humana”, indicaba.
En una reciente conferencia, David Jones, director del centro de bioética en el St. Mary’s University College, sostenía que la legalización del suicidio asistido conducirá lógicamente a la tolerancia hacia la eutanasia no voluntaria, informaba el 1 de julio el periódico Telegraph. Una advertencia para no dejarse llevar a este resbaladizo precipicio que conduce a una peligrosa indiferencia por la vida humana.
Por el padre John Flynn, L. C
tonibandin.wordpress.com/2010/07/19/continua-el-debate-sobre-el-suicidio-asistido