"Sí, el aborto es matar, pero es un mal menor"
Con este título la periodista y feminista Antonia Senior publicaba el 30 de junio un artículo en el diario británico The Times, al que se refería ayer el blog Contrautopía. Senior admite que “un feto es una vida desde cualquier óptica subjetiva” y que “cualquier otra conclusión es una mentira conveniente que desde el lado pro-elección del debate nos decimos a nosotros mismos para hacernos sentir mejor respecto de la acción de quitar una vida.” A pesar de ello, Senior apunta: “Los casi 200.000 bebés abortados en el Reino Unido cada año son el mal menor, no importa cómo se defina la vida o la muerte, para el caso.” Senior remata su artículo justificando el aborto en aras del feminismo: “Si estás dispuesto a morir por una causa, también debes estar preparado para matar por ella.”
Alguno pensará que Antonia Senior está pirada como para escribir esa barbaridad. Si medimos el grado de locura por lo aberrante del fin que se busca y no por la sinceridad empleada en conseguirlo, la Senior apenas le lleva ventaja a una Ministra española que dijo en una radio que un feto humano de 13 semanas no es un ser humano, una majadería digna de una persona sin uso de razón. Eso sí, fue superada unos meses después desde otra radio por una diputada socialista que incluso cuestionó que un ser humano en el inicio de su vida sea un ser vivo. Llegados a esto, ya cuesta mucho distinguir el fanatismo ideológico de la estupidez, desde luego. Lo alarmante es que personas capaces de soltar tales burradas, además se creen con autoridad para dictar qué es lo correcto en materia de pensamiento, hasta el extremo de censurar, multar, discriminar y excluir al que opine lo contrario que ellas. Eso indica hasta qué punto están retrocediendo ciertas democracias en materia de derechos y libertades.