'Campaña de resistencia': nueva respuesta cívica de rechazo a la eutanasia en Gran Bretaña
REDACCIÓN HO / ACIPRENSA,- La asociación de discapacitados británicos Not Dead Yet (Todavía vivos) lanzó la “Campaña de Resistencia” en Inglaterra, en la que pide a los parlamentarios rechazar la legalización de la eutanasia, enfatizando que “los casos de discapacitados que quieren morir son la excepción, no la regla”.
Como señala Jane Campbell, representante de la organización, “lo que necesitan los discapacitados y los enfermos terminales es ayuda para vivir, no para morir”. “No podemos dejar que otros hablen por nosotros, especialmente aquellos que tratan de ofrecernos la oportunidad de una muerte prematura. Esto no es una opción, es un abandono”, agrega.
Entre las peticiones que Not Dead Yet solicita a los parlamentarios, se encuentran: Reconocer que los discapacitados y los enfermos terminales tienen derecho a la misma protección legal que cualquier otra persona; comprometerse a apoyar el acceso de estas personas a la sanidad y a los servicios sociales que necesiten; y oponerse a cualquier cambio en la ley actual para legalizar el suicidio asistido.
Asimismo, frente a la falsa idea de que “ciertas discapacidades hacen que la vida no merezca la pena”, la organización advirtió que “no es este el sentir de la mayoría de los que las sufren. Los casos de discapacitados que quieren morir son la excepción, no la regla, a pesar de que acaparan la atención mediática”.
Otras campañas similares
La Campaña de Resistencia contra el suicidio asistido y la eutanasia coincide con la de similares colectivos en otros países. En España, con motivo del suicidio asistido del tetrapléjico Ramón Sampedro en 1998, que se convirtió en bandera del “derecho a morir”, las Asociaciones de Lesionados Medulares y Grandes Minusválidos publicaron un comunicado en el que aclaraban que “la gran mayoría de los discapacitados no sólo no las comparten (las convicciones de Sampedro), sino que muestran una actitud totalmente contraria, ya que su postura es a favor de la vida y de la normalización socio-familiar de nuestro colectivo”.
Como señala Jane Campbell, representante de la organización, “lo que necesitan los discapacitados y los enfermos terminales es ayuda para vivir, no para morir”. “No podemos dejar que otros hablen por nosotros, especialmente aquellos que tratan de ofrecernos la oportunidad de una muerte prematura. Esto no es una opción, es un abandono”, agrega.
Entre las peticiones que Not Dead Yet solicita a los parlamentarios, se encuentran: Reconocer que los discapacitados y los enfermos terminales tienen derecho a la misma protección legal que cualquier otra persona; comprometerse a apoyar el acceso de estas personas a la sanidad y a los servicios sociales que necesiten; y oponerse a cualquier cambio en la ley actual para legalizar el suicidio asistido.
Asimismo, frente a la falsa idea de que “ciertas discapacidades hacen que la vida no merezca la pena”, la organización advirtió que “no es este el sentir de la mayoría de los que las sufren. Los casos de discapacitados que quieren morir son la excepción, no la regla, a pesar de que acaparan la atención mediática”.
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La Campaña de Resistencia contra el suicidio asistido y la eutanasia coincide con la de similares colectivos en otros países. En España, con motivo del suicidio asistido del tetrapléjico Ramón Sampedro en 1998, que se convirtió en bandera del “derecho a morir”, las Asociaciones de Lesionados Medulares y Grandes Minusválidos publicaron un comunicado en el que aclaraban que “la gran mayoría de los discapacitados no sólo no las comparten (las convicciones de Sampedro), sino que muestran una actitud totalmente contraria, ya que su postura es a favor de la vida y de la normalización socio-familiar de nuestro colectivo”.