"En el desarrollo de lo masculino, este cambio femenino -dado principalmente por la libertad y autonomía de las mujeres para, por ejemplo, bailar solas o con otras- tiene consecuencias que llevan a la desorientación. Por ejemplo, los adolescentes están desorientados porque hoy en día ninguna de las habilidades de conquista que utilizaron sus padres y que ellos a su vez aprendieron les sirven, pues ellas salen solas, de modo que no las puedan ir a buscar; ellas regresan por sus propios medios a sus casas, bailan solas y la mayoría de las veces son ellas las que comienzan la seducción, no quedándoles a ellos otra posibilidad más que la de "arremeter" con su gran personalidad, y esta gran personalidad se transforma normalmente en agresividad.
Los adolescentes suelen manifestar que tienen dos alternativas de respuesta frente a las chicas: o van con "algunas copas" para que no les importe el rechazo o tienen que ser agresivos para lograr su objetivo de conquista. Y es que, como ellas tienen un comportamiento agresivo "innato", pero necesitan sentirse protegidas, no queda otra que ser más agresivos que ellas, y la espiral lleva a que no falten los casos en que se vivan situaciones de violencia grave, pero que no llegan a ser registradas por las estadísticas".
¡Viva la diferencia!... y el complemento también. Pilar Sordo