Cada día, practicamente, los periódicos o la televisión nos presenta un nuevo estudio científico o sociológico sobre alguna cuestión que preocupa a la ciudadanía. Hasta ahí muy bien, pero, como las ciencias adelantan que es una barbaridad..., resulta que han encontrado la manera de manipular esos informes para que digan en cada momento lo que se quiere decir o lo que la gente espera que digan. De ahí viene la famosa pandemia de la gripe A, ya que se estaban manipulando los datos para hacer ver que era más grave y cambiando incluso la definición de las palabras para que llegaran a significar otra cosa.
En cuanto al no menos famoso cambio climático, ya van saliendo a la luz las informaciones sesgadas y los datos contradictorios que algunos han utilizado para forrarse a costa del miedo global. Pero, raro es el día en que no aparece en internet o en los medios de comunicación una nueva encuesta, cuyos datos al menos llaman la atención, cuando no parecen deliberadamente falsos. Y es que basta con seleccionar los puntos de recogida, el rango de población o el lugar, para poder modificar los resultados a su antojo.
Por eso, yo ya no me creo nada. Me he hecho "informe-excéptica" y os invito a hacer lo mismo. En Internet es facilísimo encontrar informaciones que contradicen cualquier conclusión dada. El problema es que nadie comprueba, ni los originales ni los contrarios. Resulta mucho más cómodo, y hasta divertido, desayunar cada día con unas conclusiones diferentes sobre cualquier tema, desde la nutrición a la política. Lo malo es que, de este modo, teniendo cada vez más información, estamos realmente peor informados.
Ya no se puede uno fiar ni de los organismos internacionales. Los intereses económicos y estratégicos se infiltran en todos los estudios. No existen empresas imparciales o auditorias independientes. Es el precio a pagar por la globalización de la información. Ahora especialmente, además, la mayoría de los estudios oficiosos van en la misma dirección: contra la familia, la iglesia, la pareja; a favor de los supuestos derechos individuales, la insolidaridad y la autosuficiencia. Se les ve mucho el plumero.