Reconozco que de vez en cuando echo una ojeada a esa clase de prensa y me suelo quedar horrorizada por lo que veo. Estos periodistas intentan ponerlo todo de color de rosa y convencernos de que el mundo va bien. El hijo de Carolina de Mónaco sale a comer con su familia y su novia de cinco años, la noche después de haberse liado con otra. Madonna pasa las vacaciones con un chico que podría ser su hijo, mientras su hija de doce años ejercer de madre de los dos muñecos de tamaño natural que su madre ha adoptado; y que ni siquiera son realmente huérfanos. La famosa de turno posa sonriente con su marido y sus hijos, dos semanas antes de volver a posar igual de contenta, pero ya separada. Otra modelo nos presenta a su novio del verano, que hace el número diez o veinte, pero los periodistas insisten en que una vez más es el amor de su vida.
Ricos de verdad nos cuentan sus obras de caridad, mientras hacen ostentación de sus despilfarros. Otros toman un "merecido descanso", y yo me pregunto ¿de qué?. Padres y madres presumen de lo bien que se lo pasan con sus hijos, los cuatro días al año que coinciden. Otras parejas simplemente se van de vacaciones sin los niños y supongo que los dejan con la cuidadora. Otro grupo de famosos encuentra una excusa, solidaria o no, para dar unas fiestas y estrenar ropa. Hombres y mujeres en la cincuentena se siguen comportando como cuando eran veinteañeros. Y todo esto sirve de ejemplo para el público en general; y, especialmente los jóvenes, que sueñan con ser algún día un cabeza hueca más, con dinero suficiente para comprar compañía y después pagar o recibir las pensiones de divorcio correspondientes.