El mar está lleno de peces. Me encanta como suena en inglés. Hoy en día se puede decir literalmente eso respecto a las relaciones de pareja. Creo que nunca en la historia ha habido tantas facilidades y, sin embargo, nunca ha sido la gente tan infeliz. Incluso cuando los matrimonios eran concertados iban mejor las cosas. Tal vez porque la gente no tenía tantas aspiraciones y se conformaban con lo que había. Ahora buscamos una persona que sea al mismo tiempo divertida y responsable, tolerante y con ideas claras, guapo, listo y buena persona... Si se piensa es un poco absurdo, ya que nosotros tampoco somos perfectos. Uno debería exigir sólamente lo que puede ofrecer: un poco de cariño, paciencia y sentido común. Eso es lo que realmente hace falta para llevar una familia.
Luego leo las consultas psicológicas de las revistas y a cada poco me encuentro la típica chica joven que sale con un hombre casado. Creo que nunca en la historia ha existido tanta infidelidad como ahora y no es extraño, ya que nunca ha sido tan fácil, ni ha existido esa sensación general de "todo vale". Estoy aburrida de leer lo mismo sobre que no se puede parar el amor. Es como la gula: cuando un niño entra en una tienda de golosinas, las quiere todas. Pero un adulto ya debería saber que tenerlo todo sólo le va a dar dolor de tripa, o de alma, en este caso. Probarlo todo sólo consigue que se tenga una sensación de hastío e incluso se pierda el interés completamente. Parece mentira que haya que explicar algo tan obvio.
Antes se seguían unos pasos: conocer a la persona, salir como amigos, enamorarse y besarse. Ahora, en las relaciones por internet a menudo se empieza la casa por el tejado. Luego se preguntan si el otro sólo te quiere por el físico. Eso es fácil de comprobar, basta con esperar unos meses. Conocer a una persona fuera de su ambiente significa que puede fingir una personalidad absolutamente diferente de la real y nunca te darás cuenta. Pero sin embargo, empieza a ser el modo más habitual de ligar. Luego están los separados y divorciados que buscan desesperadamente alguien con quien recuperar el modo de vida al que estaban ya habituados. En ese afán, no suelen respetar si la otra persona está ya comprometida.
Por todas estas circunstancias, las relaciones de parejas actuales traen más quebraderos de cabeza que satisfacciones. Pero, siendo ambos adultos, es de esperar que intenten dañarse lo menos posible mutuamente. Sin embargo, cuando uno de los dos es menor de edad o inmaduro en relación con el otro, entonces las consecuencias son mucho más graves, como vemos cada día en las noticias. No vale todo en el amor, porque, para empezar, eso no es amor sino necesidad mutua. El amor es compromiso, sacrificio e incluso diría yo que aburrimiento. Por eso, a menudo por desgracia alguno decide que no vale la pena el esfuerzo, estando el mar cada día más lleno de peces, y todos tan dispuestos a dejarse pescar.