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lunes, 24 de enero de 2011
Energía renovables, no rentables
Parece mentira la cantidad de dinero que se gastan algunas multinacionales en presumir de ecologismo. Acabo de ver un anuncio sobre carreteras asfaltadas con neumáticos reciclados. Me parece estupendo, siempre que no perjudique a la seguridad del tráfico; porque tiene que tener adherencia, resistencia y porosidad suficiente en días de lluvia. Luego, Greenpeace, como no, saca un informe diciendo que España se podría abastecer con energía solar. Suponiendo que cubramos toda la superficie del país con paneles y que no se nuble nunca; porque, hoy por hoy, cuando está nublado, no generan electricidad; ni las centrales eólicas, cuando no hace viento. Son cosas muy obvias que, sin embargo la gente tiende a no tener en cuenta.
El problema del reciclado y de las energías alternativas es que, de momento, no son rentables. Es decir, que cuesta mucho más instalarlas que lo que se consigue producir. Para amortizar esas instalaciones hacen falta decenas de años; pero suelen estar subvencionadas, es decir, que las pagamos entre todos sin enterarnos. Así que, que no nos vendan otra vez la moto de que existen alternativas baratas y ecológicas al plástico, al carbón o a la electricidad, porque no es cierto. Lo único que cuesta menos es la energía nuclear, pero nadie quiere asumir los riesgos. De momento, podemos seguir jugando al ecologismo, pero los resultados son escasos y los costes muy altos. Afortunadamente, no pasa nada porque el cambio climático también es algo por demostrar.
El problema del reciclado y de las energías alternativas es que, de momento, no son rentables. Es decir, que cuesta mucho más instalarlas que lo que se consigue producir. Para amortizar esas instalaciones hacen falta decenas de años; pero suelen estar subvencionadas, es decir, que las pagamos entre todos sin enterarnos. Así que, que no nos vendan otra vez la moto de que existen alternativas baratas y ecológicas al plástico, al carbón o a la electricidad, porque no es cierto. Lo único que cuesta menos es la energía nuclear, pero nadie quiere asumir los riesgos. De momento, podemos seguir jugando al ecologismo, pero los resultados son escasos y los costes muy altos. Afortunadamente, no pasa nada porque el cambio climático también es algo por demostrar.
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miércoles, 11 de agosto de 2010
El agua de Madrid
Los cielos de Madrid son famosos por su color, pero otra ventaja enorme que tiene la capital es su agua. El agua de Madrid no sólo es potable, sino que está muy buena; precisamente porque no sabe a nada. Es incolora, inodora e insípida, como se supone que debería ser. Sin embargo, a pocos kilómetros de allí el agua ya no conserva esas cualidades, y yo lo noto enseguida. Especialmente, en la costa mediterránea, el agua del grifo transporta muchos minerales. Eso obliga a veces a consumir agua mineral. Pero tener que comprar, transportar y almacenar cientos de botellas de agua -aparte de ser muy incómodo, también sale caro. Cuando vamos de vacaciones, entonces nos damos cuenta de la enorme ventaja que es tener agua en buenas condiciones; y del desperdicio que supone utilizarla para regar o en higiene excesiva de las casas y las personas.
Sin embargo, ocurre también algo extraño en Madrid. Cuando voy al supermercado, a menudo veo gente comprando grandes cantidades de agua mineral. No sé si lo harán a causa de la propaganda a favor de sus cualidades digestivas y dietéticas, o si lo hacen por un afán sibarita bastante absurdo; pero el caso es que el agua se vende. A veces me he sentido tentada de preguntarles que les impulsa a tomarse el trabajo y hacer ese gasto en algo que sale del grifo habitualmente a un precio asequible. De hecho, el agua en España es más barata que en otros países europeos; a pesar de ser mucho más escasa, sobretodo en la mitad sur. Tal vez ocurre que lo que no cuesta no se valora y, por esa razón, algunos todavía no saben la suerte que tienen de disponer de ese agua.
Sin embargo, ocurre también algo extraño en Madrid. Cuando voy al supermercado, a menudo veo gente comprando grandes cantidades de agua mineral. No sé si lo harán a causa de la propaganda a favor de sus cualidades digestivas y dietéticas, o si lo hacen por un afán sibarita bastante absurdo; pero el caso es que el agua se vende. A veces me he sentido tentada de preguntarles que les impulsa a tomarse el trabajo y hacer ese gasto en algo que sale del grifo habitualmente a un precio asequible. De hecho, el agua en España es más barata que en otros países europeos; a pesar de ser mucho más escasa, sobretodo en la mitad sur. Tal vez ocurre que lo que no cuesta no se valora y, por esa razón, algunos todavía no saben la suerte que tienen de disponer de ese agua.
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