El asalto a Derecho de la UCM deja en evidencia la política del rector Carrillo
Universidad Complutense: barra libre para los violentos y puertas cerradas a la Policía
Ayer un grupo de ultraizquierda asaltó la Facultad de Derecho de la Universidad Complutense de Madrid, agrediendo e hiriendo a cinco alumnos y destrozando el local del Foro Universitario Francisco de Vitoria; sobre estas líneas podéis ver una foto de Alberto Mateos con el resultado. Los asaltantes eran miembros de las Juventudes Libertarias de Madrid, en cuya web se publicó la convocatoria de la manifestación que dio lugar a ese asalto.Petición al Rector UCM: proteja a los estudiantes y asegure el derecho de asociación
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Lo más llamativo de este hecho es el sepulcral silencio en medios políticos en contraste con la lluvia de condenas que recibió el asalto ultraderechista el Centro Cultural Blanquerna el 11 de septiembre. Entonces vimos a algunos partidos reclamando ilegalizaciones. Hoy, 24 horas después del asalto a la UCM, los que las pedían han decidido guardar silencio. El PP de la Asamblea de Madrid se ha quedado solo condenando ese asalto, lo cual deja en evidencia, una vez más, la doble vara de medir que aplica la izquierda en función de la finalidad política de ciertos actos violentos, mirando hacia otro lado cuando los comete la extrema izquierda.
Los bedeles recibieron orden de hacer la vista gorda
Además, hay ciertos datos en torno a esta noticia que son muy alarmantes. Hoy La Razón denuncia que los bedeles recibieron orden de hacer la vista gorda, es decir, de permitir la entrada de los asaltantes, cosa que otros años no había ocurrido. Desde la asociación atacada condenan “la inexistente actuación del Rector, el cual, sabiendo que era muy probable que ocurrieran incidentes de este tipo, no tomó medida preventiva ninguna y no tomó tampoco medida ninguna en el momento mismo de los ataques, impidiendo, por omisión como mínimo, la entrada de la policía en la Faculta para evitar dichos ataques“.
El rector Carrillo no anuncia ninguna medida contra los asaltantes
Ayer el rector de la UCM, José Carrillo -hijo del histórico dirigente comunista Santiago Carrillo- emitió una brevísima nota de condena de sólo 6 líneas y que ni siquiera iba firmada. Lo que más llamaba la atención de esa nota es lo que no contenía: en ella el rector no anunciaba ninguna investigación ni denuncia sobre lo ocurrido ni medida alguna para evitar que se repitieran esos hechos. Esa dejadez de funciones ante unos hechos tan graves sorprende todavía más si tenemos en cuenta que Carrillo sí que denunció hace un mes a la Policía por entrar sólo 2 metros en la UCM para retirar una barricada con la que un grupo de estudiantes había cortado uno de los accesos a la zona. Lejos de criticar a los autores de la barricada, el rector consideró “legítimos los motivos de la protesta”. La actitud del rector, unida a la que ya mostró su predecesor, Carlos Berzosa, está consiguiendo que la Ciudad Universitaria de Madrid se convierta en un botellódromo y un lugar por el que campa a sus anchas la ultraizquierda violenta. No es de extrañar que en el último año esa universidad ya haya perdido a casi 10.000 alumnos.
Ya va siendo hora de poner límites a la autonomía universitaria
En España la Policía necesita permiso de los rectores para poder actuar contra los delincuentes en las universidades, una situación derivada del Artículo 27 de la Constitución, que consagra la autonomía universitaria aunque no especifica si esa autonomía implica que dentro de sus límites queda en suspenso el Estado de Derecho. Y es que la Policía tiene como misión proteger a los ciudadanos frente a quienes amenazan y agreden nuestros derechos y libertades. El veto a la entrada de la Policía en campus universitarios podrá ser un dogma para quienes todavía sueñan con los grises corriendo detrás de estudiantes en la dictadura franquista, pero ya no estamos en ese régimen y ya va siendo hora de ir asumiendo que ciertos tópicos no son asumibles en una democracia, entre ellos la máxima de que la Policía no puede actuar en un terreno que es propiedad pública, que pagamos todos los contribuyentes y que algunos rectores administran no como un servicio público que se les ha asignado, sino como si fuera su cortijo particular. Si rectores como Carrillo se acogen a la autonomía universitaria para otorgar impunidad a los violentos, habrá que emprender cambios en la ley para corregir esa situación. La universidades públicas no pueden convertirse en sitios con barra libre para la delincuencia, mientras a la Policía se la ata de manos, teniendo que esperar el permiso del rector para proteger a los estudiantes de agresores como los que atacaron ayer la Facultad de Derecho.
24 horas después del asalto aún no hay detenciones
Y a propósito de los agresores: en su propia web las Juventudes Libertarias de Madrid indican dónde encontrarles, incluso indican los días y horas en los que están disponibles en el llamado “Ateneo Libertario de Carabanchel”, un edificio ocupado ilegalmente por grupos anarquistas el pasado mes de agosto en Madrid y que se ha convertido en el centro de actuación de estos radicales violentos. Todo esto lo he encontrado con una simple búsqueda en Google, buscador que seguro que conoce el Ministerio del Interior. Lo digo porque estando tan claramente identificado el grupo agresor, me sorprende que 24 horas después aún no se haya anunciado ninguna detención. Recordemos que tras el ataque a Blanquerna, que se produjo en la tarde del 11 de septiembre, esa misma noche ya habían sido detenidos 12 ultraderechistas.
+ 19:26h: el Congreso no consigue pactar una condena contra la agresión en la Complutense debido al veto de ERC. Esto ya es el colmo.
.outono.net/elentir/2013/11/21/universidad-complutense-barra-libre-para-los-violentos-y-puertas-cerradas-a-la-policia