(Recibido por correo electrónico)
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Vivimos una Agrupación desprestigiada por su propia Dirección General, sin rumbo, al servicio del poder y nunca del pueblo. Abandonada a su suerte y dando la cara ante unos ciudadanos reventados y hartos de sostener con su bolsillo los desmanes de este Gobierno inepto. Agazapados en las cunetas, con las botas manchadas de barro y grasa y cada día con menos honor. Si, honor. Alguno se reirá, pero el honor es lo defiende el uniforme de la Guardia Civil.
Cada una de nuestras buenas acciones acaban por los suelos por ocurrencias del señor que dirige la DGT. Cada momento de gloria de esta Agrupación acaba hecho añicos por cada guardia escondido detrás de un matorral operando un radar. Es intolerable, un insulto al Cuerpo ¿Cuándo ha tenido que esconderse la guardia civil? Hablo de lo que vemos últimamente, no un coche con radar parado en la mediana más o menos oculto, no. Hablo de verdaderos malabares para esconder el coche o los trípodes, llegando hasta disfrazarlos de arbustos como hemos visto con vergüenza ajena en fotografías en algunos periódicos. De las miserias internas de la prestación del servicio no quiero ni hablar.
La mujer del rey no sólo ha de ser honesta, también parecerlo. La guardia civil necesita urgentemente alguien que se encargue del "marketing", del "community" o como demonios se llame ahora. De que la guardia civil parezca lo que es y no lo que la hacen parecer. Y marketing no es un reportaje de vez en cuando en la tele mostrando los mejores coches y motos y el helicóptero con radar. Marketing no es sacar al teniente más guerrero a mostrar a todos los españoles que viene el coco. Marketing es hablar con el conductor, ayudarle con su ruta, auxiliarle en una avería mecánica. Marketing es boca a boca. ¿No se dan cuenta los mandos de esta agrupación que nos están usando para promocionar la persecución, de que nos hacen cómplices de su infame política de criminalización del conductor? No, para nosotros el conductor no es un criminal. En el 99% de los casos, es una persona que va de aquí para allá con precaución.
Hace años que no veo un reportaje de auxilio. Sólo veo cómo el nuevo radar fotografía a un infractor, el helicóptero sigue a un veloz automóvil, o cómo el teniente de Madrid para a los conductores para realizar la prueba de alcoholemia. Palo, palo y más palo. Eso es lo que vendemos, o mejor, lo que la DGT quiere que vendamos. ¿Para cuando el reportaje de la agrupación de tráfico escoltando a una ambulancia, ayudando con la camilla, visitando al herido en el hospital o llevando a su dueño los efectos personales perdidos en un accidente? Tal vez al señor director general esto no le interese, no parece importante que España sepa que esta, entre otras, es nuestra tarea. O peor, tal vez no se ha enterado de la verdadera función de la Agrupación de Tráfico de la Guardia civil y por eso hace el uso que hace de ella. (...)