Cuentan, por ahí, algunos que dicen que saben pero que no saben nada, que el matrimonio mata el amor.
No lo creas, es mentira.
El matrimonio mata el enajenamiento mental transitorio que supone el enamoramiento.
El matrimonio mata las falsas imágenes con que algunos se visten para hacerse amar o las falsas ilusiones con los que otros visten a quienes dicen amar.
El matrimonio le quita al amor las ropas caras, los maquillajes y los zapatos incómodos y le pone un chandal y unas zapatillas de andar por casa.
Cuentan por ahí, algunos que dicen que saben pero que no saben nada, que el amor es la tumba del amor.
No lo creas, es falso.
El matrimonio es, en todo caso, la tumba de todo lo falso que pueda haber entre dos personas porque, en el día a día, no hay donde esconderse.
El matrimonio es la tumba de los oropeles, de los falsos príncipes azules y las falsas princesas glamourosas,
El matrimonio es la tumba del romanticismo de pastelería, del cursi enamoramiento, del estar todo el día embobado.
Cuentan por ahí, los que dicen que saben pero que no saben nada, que el matrimonio, la convivencia, lo cotidiano, acaba con el amor... Pobre amor es ese que se acaba por cosa tan nimia.
Y yo, que no sé mucho de casi nada, creo que el matrimonio (la convivencia) es el auténtico inicio del amor.
Es cuando, de verdad, aprendes qué es el amor.
Es cuando, de verdad, descubres a la persona que amas, y a pesar de todo, la sigues amando.
Es cuando, de verdad, das las gracias por cada día y valoras cada pequeño detalle de la persona que comparte tu vida.
Yo, que no sé mucho de casi nada, cumplo hoy once años de convivencia. En dos días cumpliré diez años de casada y puedo asegurar a todos esos que cuentan a esos que dicen que saben pero que no saben nada, que no cambio ni un sólo día de estos años por nada en el mundo.
Feliz aniversario, “husband” :P