“Existe otra forma de persecución”, a la vez “sutil y silenciosa, pero no por ello menos grave”, “en las naciones de larga tradición cristiana que parecen hoy querer olvidar sus raíces”.
Lo afirmó el vicario del Papa para Roma, el cardenal Agostino Vallini, durante la celebración de la misa anual por Francia, este lunes 13 de diciembre en la catedral del Papa, San Juan de Letrán, en Roma.
“El mundo de hoy necesita cristianos que profesen su fe con valentía y que, también en las dificultades, permanezcan fieles a Cristo, lo reconozcan y lo muestren a los hom bres de nuestro tiempo como único Salvador”, destacó.
El purpurado empezó su homilía refiriéndose a santa Lucía y constatando que “la historia de la comunidad cristiana, desde el principio, ha estado marcada por la persecución”.
Después recordó que “todavía hoy, en distintas partes del mundo, los discípulos de Jesús son objeto de vejaciones y de crueles violencias” y se refirió a “nuestros hermanos que, en los últimos meses, han sufrido en Oriente Medio y en algunos países de Asia”.
A continuación llamó la atención sobre otra forma de persecución que se da en países de larga tradición cristiana, donde la fe “cada vez es más marginada y reducida a un hecho privado”.
En esos lugares, la fe “no debe tener ninguna influencia pública y, por tanto, no debe ofrecer su propia contribución a la construcción de una sociedad auténticamente humana, en la que el hombre, cada hombre, es reconocido por lo que es, y no por lo que tiene, en base a su inviolable dignidad”, dijo.
“El individualismo creciente y la búsqueda del bienestar personal o nacional son el síntoma más evidente de ello”, lamentó.(...)"
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