Una cosa es tener opiniones políticas diferentes y otra querer destruir el orden social y empezar de cero. Cuando la ideología supone ir contra los derechos humanos, automáticamente pierde toda justificación. Ideologías destructivas conocemos principalmente dos: el nacional socialismo y el comunismo (socialismo real). Por tanto, se puede decir que son dos ramas del mismo tronco. Luego existe opciones minoritarias, afortunadamente, como son los fanatismos religiosos de todo tipo e incluso el satanismo. Las sectas son algo terrorífico, ya que manipulan la mente de sus seguidores llegando incluso a justificar el asesinato. Pero, al fin y al cabo, algunas ideologías hacen lo mismo, aunque lo disfracen de buenas palabras, derechos y modernidad.
Vivimos actualmente en un entorno ideológico que justifica el asesinato de los bebés no nacidos y a eso le llaman planificación familiar. Puede que no queramos ver los cuerpos descuartizados, pero no por eso dejan de ser crímenes que quedan impunes, mientras la sociedad mira hacia otro lado. Realmente, estamos viviendo inmersos en una ideología destructiva y sectaria. Luego, en cambio, nos llevamos las manos a la cabeza por crímenes comunes o incluso por actos de guerra que, siendo terribles, se entienden en una situación límite. Pero no existe un estado de necesidad que justifique el hecho de que cientos de miles de embriones humanos se encuentren congelados con un fin incierto, cuando tienen la suerte de no ser utilizados para experimentación. ¿Qué puede haber más destructivo que eso?