Es el título de una canción de los años ochenta. ¿Qué tiene que ver el amor con esto?. Yo me lo pregunto a menudo cuando, en las revistas o en televisión, veo personas que dicen estar muy enamoradas. Amar no es salir con alguien a pasarlo bien. Amar es aguantarlo cuando no está de humor, cuidarlo cuando enferma, intentar llevarte bien con sus seres queridos. Amar a alguien es guardar ausencias, echarle de menos, intentar complacerle incluso contra tus intereses. Amar es perdonar y estar siempre disponible. No tiene nada que ver con lo que cuentan en los medios de comunicación. Así, no es extraño que, en cuanto aparece la rutina, piensen que ya no están enamorados. Posiblemente no lo han estado nunca de verdad. El amor verdadero se afianza con el tiempo, siempre que le prestes atención. Hay que mantener viva la llama.
El amor incluye el sexo, pero no puede estar basado sólo en eso. Naturalmente, supone también pasarlo bien juntos, pero no todo el tiempo. La vida no es un parque de atracciones. Está claro que algo no funciona cuando hay que mantener a la pareja "entretenida". El aburrimiento también forma parte del amor y le da paz y estabilidad. Por supuesto, hay quien confunde el amor con el enamoramiento y no puede seguir adelante porque no tiene las mismas sensaciones que el primer día. Si fuera siempre así también acabaríamos por cansarnos. El amor es algo vivo y cambiante y es un esfuerzo de voluntad. A amar también se aprende. No confundir con el vértigo que siempre produce una nueva relación. Eso no dura. Luego puede ser ya tarde para arrepentirse.