Madres  de  alquiler, por Manuel  J. García Garrido
           
El 7 de octubre, el Gobierno publicó una instrucción que permite  al Registro Civil inscribir a los hijos  nacidos de madre gestante en el  extranjero por medio de un contrato,  en el que suele existir un  precio,  para que la madre  renuncie  a su filiación. Esta instrucción  supone una  rectificación, en fraude de la ley 14/2006 sobre técnicas de  reproducción asistida que expresamente declara que 
“es nulo de  pleno derecho el contrato por el que se convenga la gestación, con sin  precio, a cargo de una mujer que renuncia a la filiación materna a favor  del contratante o de un tercero”. En la instrucción esta renuncia  debe acreditarse por una resolución judicial del país del nacimiento. La  consecuencia ilegal es que se pueden inscribir  como progenitores a la  pareja contratante  que no puede engendrar  como ocurre con los  homosexuales, y se prescinde de  la maternidad biológica.  Se desconoce  el principio jurídico consagrado por los juristas romanos de “
mater semper certa est” ya que se califica de madre a la que no lo es.
Esta medida es un nuevo ataque  a la familia, al matrimonio  tradicional y a la filiación. Además de facilitar el tráfico y abusos de  niños, se trata de una nueva forma de mercantilización y explotación  del cuerpo de la mujer contra la que tanto se habla y tan poco se  practica.
Para solucionar determinados casos concretos  se improvisa y  rectifica, sacrificando la seguridad jurídica y la certeza del derecho,  como se ha hecho concediendo la adopción a las parejas homosexuales,  o  calificando de interrupción al aborto en lugar de la destrucción del 
“nasciturus”.
 
Se olvida el derecho prioritario de los niños a tener un padre y una  madre que son  necesarios para su  desarrollo  formativo y emocional.
Manuel J. García Garrido es Rector honorario de la Universidad de Santiago.
Este artículo, remitido a HO por su autor, fue publicado en 
El Correo Gallego el 15 de octubre de 2010: