Lunes 25 de octubre de 2010 8:10h
Hoy se cumplen 33 años de la firma de los Pactos de La Moncloa, uno de los grandes acuerdos que trajeron la democracia a España y que pusieron los medios para salir de la grave crisis económica que afectaba a España en 1977. Es un momento que muchos no recordamos (yo cumplí dos años unos meses después de emitirse el discurso que veis en este vídeo) y que otros ni siquiera vivieron, pero sobre el que a continuación os ofrezco algunos datos.España, 1977-2010: algunas cifras para la reflexión
Para que nos hagamos una idea de la situación, en 1977 España llegó a los 900.000 parados (7% de tasa de paro) y contaba con 700.000 funcionarios, el 5,3% de la población activa. Ahora y sin maquillajes estadísticos tenemos 4,5 millones de parados, casi un 20% de paro, y 3,1 millones de funcionarios, el 13,5% de la población activa. Es decir, que el paro se ha multiplicado por tres y ha aumentado dos veces y media el número de funcionarios (y eso a pesar de los sistemas informáticos que tenemos ahora y que no había en 1977, y de que entonces aún se conservaba casi intacto el fuerte aparato estatal de la dictadura). Sin embargo, la población sólo se ha multiplicado por 1,3. El número de parados y de funcionarios no son las únicas cifras que se han multiplicado de forma considerable. En 1977 la deuda pública de España rondaba el 14% del PIB: ahora roza el 70%.
Hay, sin duda, otra diferencia sustancial entre 1977 y el momento actual: la sinceridad de los gobernantes. El 15 de junio de 1977 Adolfo Suárez nombrada Vicepresidente Segundo y Ministro de Economía a un eminente economista, el profesor Enrique Fuentes Quintana, fallecido hace tres años y que fue el principal artífice de los Pactos de La Moncloa. Su primera acción como Ministro fue esta intervención en Televisión Española para explicar, sin tapujos, la situación económica y solicitar el compromiso de todos los partidos y de la sociedad. Su receta: austeridad en el gasto público, rigor presupuestario y libertad económica y de mercado, lo que él llamaba “la fuerza creadora de la libertad”, si bien recurriendo a intervenciones puntuales del estado. Ese programa claro y concreto fue lo que se ofreció a negociar con los demás partidos. Una vez cumplida su misión, y sin ambición política alguna, el profesor Fuentes Quintana dimitió y se fue a su casa ocho meses después de su nombramiento.
Lo que tenemos ahora
Ahora tenemos un gobierno que ha estado negando la crisis que atravesaba España, con el consiguiente daño para nuestra economía y la lógica pérdida de confianza que ha provocado en los mercados. Tras prometer el “pleno empleo”, ZP se ha dedicado a maquillar las cifras de paro en vez de emprender las reformas necesarias para atraer inversiones y crear puestos de trabajo. Y a pesar de la grave situación a la que nos ha llevado todo esto, la fórmula de Zapatero sigue siendo negar la realidad -con estimaciones absurdas que convierten los Presupuestos Generales del Estado en papel mojado-, y gastar más de lo que el Estado ingresa, una nefasta política que no deja de generar paro y que se compensa con constantes subidas de impuestos, hasta el punto de que los de España ya son los contribuyentes que más esfuerzo fiscal soportan de todos los países de la zona euro.
Frente a ello tenemos a una oposición casi inoperate, que en vez de poner los puntos sobre las íes como hizo el profesor Fuentes Quintana, se dedica a hacer populismo y a esperar a que ZP se vaya, para sucederle en el poder. ¿Es mucho pedir que nuestra clase política tenga la decencia y la valentía de decirnos la verdad, como lo hizo Fuentes Quintana en 1977? ¿Es mucho pedir que nos traten a los ciudadanos como adultos, como lo hizo aquel profesor, y no nos mientan ni nos ofendan con tanta demagogia, como si fuésemos un país de parvulitos?
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