Estoy aburrida de ver cómo en todas las series de televisión plantean la homosexualidad como si fuera algo habitual y mucho más frecuente de lo que realmente es, y como si fuera una relación normal sin más tensiones que la heterosexual. Eso es radicalmente falso. Las relaciones gays o lesbianas en su mayoría son mucho más inestables y más violentas. Eso es lógico, ya que al ser dos personas con intereses comunes y condiciones físicas parecidas chocan mucho más en su vida diaria. De hecho, las relaciones homosexuales son lo más monótono que se puede encontrar. Son propias de personas que prefieren ir a lo malo conocido que a lo bueno por conocer. Estar con alguien a quien también le guste el futbol o las compras; en lugar de probar nuevas experiencias, otro punto de vista, otras emociones y sensaciones.
Las relaciones entre lesbianas son como comer pan con pan. No corres el riesgo de que el interior del sandwich no te guste, pero es siempre lo mismo un día tras otro. En cuanto a las relaciones entre gays son embutido con embutido; es decir, mucha proteína y nada que compense. Emociones fuertes, cambios de pareja frecuentes; o bien monotonía continua. No es extraño, porque así suelen ser las relaciones dentro del mismo sexo aunque no haya relación sentimental por medio. Hombres con hombres y mujeres con mujeres tendemos a coincidir más en gustos y a chocar más por tener caracteres parecidos. Por eso precisamente, la relación heterosexual es la ideal, ya que permite hacer combinaciones de diferentes elementos consiguiendo un resultado absolutamente nuevo, lo cual añade muchos alicientes a la pareja; aparte de ser la base de la familia.