(..) "Exigir disculpas de un representante religioso, con el más elevado nivel de santidad, un hombre de mucha edad, muy respetable, que ha dedicado su vida al entendimiento entre todos los seres humanos y a luchar contra todas las manchas morales que envilecen la nobleza de la naturaleza humana, exigir hasta la dimisión del Papa a través de campañas de prensa hábilmente orquestadas y distorsionadas, es un ejercicio de cinismo insostenible. Nadie ha exigido a un ministro de educación que dimjita, o asuma responsabilidades, por los casos de pedófilos que, desgraciadamente, sehan verificado entre los profesores (notablemente, los de gimnasia) y cuya envergadura es mucho más importante que entre los miembros del clero (por ejemplo, en EE.UU. en el mismo periodo de veinte años en el que fueron condenados por pedofilia cerca de 60 curas, más de 900 profesores de gimnasia lo fueron por el mismo y abominable delito). Desde su llegada a la Santa Sede, Benedicto XVI ha demostrado una voluntad clara e inconmovible de purificar a la Iglesia de estos delitos cometidos por unos pocos hombres que engañan a la institución que los acoge y traicionnan sus enseñanzas; y el Papa ha sabido apoyar esta voluntad en actos tangibles y verificables. Un ejemplo que deberían seguir los hombres políticos. Y es pura hipocresía por parte de estos políticos que enseñan y difunden entre los jóvenes los más viles y bajos instintos con los que se pueda pervertir a la infancia. Es una comedia que el propio Molière nunca hubiese imaginado, de escribir un Tartufo contemporáneo.
En todas las estructuras humanas existen corruptos. Las religiones no son una excepción. Sin embargo, los datos son claros: En la Iglesia Católica son una ínfima minoridad los pervertidos que abusan de niños, a pesar de la repercusión (y, a veces, la distorsión) mediática que ha dado eco a estos episodios condenables. Mientras que los casos sucedidos en la Iglesia se magnifican y reciben un eco desmesurado en los medios de comunicación, otros casos escandalosos, en cambio, pasan casi inadvertidos. El Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados y la ONG Save the Children presentaron 1.500 declaraciones que detallaban abusos de cascos azules y cooperantes de hasta 40 Ongs. en Guinea, Liberia y Sierra Leona. Las víctimas eran niñas de 13 a 17 años de campos de refugiados, conpreferencia vírgenes para evitar el sida, coaccionadas a cambio de harina, sábanas, medicinas, etcétera.
El problema del abuso sexual a los niños es muy grave. Europa exporta millones de turistas cada año a Oriente: Tailandia cuenta con 300.000 niños en esta lamentable industria, La India 400.000, Filipinas 100.000, Sri Lanka 30.000... Desde siempre, la Iglesia católica se ha volcado especialemente en la lucha por estos niños. Así, la Oficina Católica Internacional de la Infancia mantiene una campaña permanente sobre este tema. Es desdeñable que se utilice el sufrimiento de las víctimas de curas pedófilos para a tacar a la Iglesia y manipular su dolor para estigmatizar una institutción que tanto lucha contra esta lacra. Nadie debería ostentar un poder político y mediático y usarlo para erosionar la reputación del Papa o permitir que se le insulte impunemente".
Periódico La Farola. Número 307