Creo que es ilegal y, sin embargo, en algunos anuncios para cubrir puestos de trabajo siguen pidiendo buen aspecto físico; es decir, belleza. Eso elimina de antemano a los que tienen sobrepeso y a los mayores de cuarenta años, a no ser que gasten mucho en cirujano, ropa y peluquería. En cuyo caso, se les iría todo el sueldo. Se entiende esa condición en el caso de recepcionistas, aunque a veces vale más la simpatía que una cara agraciada. Sin embargo, resulta absurdo por ejemplo para un puesto de grabador de datos, que es una persona que se limita a rellenar casillas en un ordenador, y no tiene que estar de cara al público. De hecho, es el administrativo más anónimo e insignificante que puede trabajar en una empresa. Por eso, es el único puesto al que yo podría todavía aspirar.
Por suerte, de momento no tengo que presentarme a esa clase de candidaturas; lo cual me obligaría a vestirme y arreglarme como para ir a una fiesta, cuando a mí lo que realmente me gusta es ir cómoda e informal. Pero me parece muy injusto que una mujer como yo, y bien calificada para su labor pueda quedarse fuera del proceso de selección debido a su aspecto físico. Pensaba que ya habíamos avanzado mucho en ese sentido, pero ya veo que no. Hoy en día, la vida laboral acaba a los cuarenta años a no ser que tengas el puesto ya asegurado. La madurez, responsabilidad, la experiencia no son valores en alza en el mercado, y los resultados se resienten de esa falta de visión a largo plazo. Es más: una cara bonita en la oficina es más bien un riesgo añadido en estos tiempos de promiscuidad e infidelidad. También deberían tener eso muy en cuenta.