Espero no cambiar de opinión en la próxima temporada, pero Los protegidos me parece de lo mejor que ha alumbrado la televisión en España desde Cuéntame. Hay quien dice que los superpoderes resulta poco creíbles, pero es que los comparan con películas extranjeras de gran presupuesto. Yo creo que el producto está muy bien dentro de sus posibilidades. En cuanto a Física o química, confieso que nunca he conseguido ver un episodio entero, a pesar de que lo he intentado. Los actores son claramente amateurs, los diálogos artificiales, el lenguaje chabacano al límite. Pero lo peor de la serie es la imagen que ofrece de los jóvenes y los institutos españoles. No hay que olvidar que estas series se acaban viendo en otros países, y no quiero ni pensar lo que creerá sobre mis hijos cualquier persona medianamente normal.
Hay quien piensa que, para ganar audiencia, basta con darle a la gente lo que quiere ver, aunque esto suponga, sexo, drogas y violencia. De este modo, Física o química se ha convertido en un ejemplo exacto de lo que algunos no deseamos para nuestros hijos. Sin embargo, su éxito entre los niños -con la tolerancia cómplice de sus padres- me hace temer que sirva de inspiración a muchos. Sin embargo, Los protegidos transcurre en una familia, no natural, donde todos se respetan y aprecian. Así como, en un colegio donde rigen todavía las normas y la disciplina, aunque a veces haya problemas como en todas partes. La trama es intrigante sin llegar a morbosa, misteriosa sin llegar a desagradable. Contiene mucho elementos para mantener su éxito. Esperemos que sepan conservarlos sin venderse a las preferencias de moda.