Leire Pajín: “El PSOE es partidario de que todo el peso de la ley caiga sobre los curas pederastas católicos, y garantiza que colaborará con la Justicia”. La Vanguardia: “Ya está claro qué va a hacer la Iglesia católica con los curas pederastas: nada”.
También con curas pederastas, la Iglesia es la razón. Porque desde que empezamos a arrinconarla, ponemos la televisión para encomendarnos a echadoras de cartas. Y a medida que avanza esa suerte de moda de tintes totalitarios que llamamos laicismo, retroceden en nuestra sociedad la razón y los derechos individuales.
También con curas pederastas, la Iglesia es el progreso. Porque necesitamos la labor científica, y no solo moral, de la Iglesia para hacer frente a las crecientes desviaciones que amenazan nuestro desarrollo tecnológico.
También con curas pederastas, la Iglesia es la civilización. Porque no existiría la cultura de nuestro país sin Fray Luis, sin San Juan de la Cruz, sin las universidades. Porque la historia del arte o de la música apenas habrían escrito algunos renglones si no hubiera sido por la Iglesia. Porque la civilización europea jamás habría conocido la luz sin San Benito. Porque sin la Iglesia quién sabe cuántas mujeres podría tener cada varón occidental. Porque por ella conocemos los valores sociales que hoy defendemos, los derechos humanos, la solidaridad.
También con curas pederastas, la Iglesia es la justicia. Porque las relaciones entre los pueblos serían todavía más salvajes de lo que son en la actualidad si no hubieran existido frailes como Francisco de Vitoria y Bartolomé de las Casas. Porque gracias a la Iglesia el hombre moderno descubrió que su sociedad podía articularse de manera más justa y eficaz por medio del derecho.
También con curas pederastas, la Iglesia es la libertad. Porque una sociedad sin lo que representa la Iglesia sería más pobre e insolidaria, y más indefensa desde el punto de vista cívico y moral. Porque el pluralismo no pasa por limitar las creencias de la gente, su fe y sus convicciones. Ni se levanta una sociedad más libre enterrando en las catacumbas los principios de tanta gente, unos principios sobre los que se construyó la civilización occidental. Porque la Iglesia, y muy especialmente la Iglesia en España, está demostrando en los últimos tiempos que constituye el último muro de contención frente a la barbarie, frente al poder cada vez más omnímodo del Estado, frente a la arrogancia de las ideologías redentoristas.
También con curas pederastas, la Iglesia soy yo. Y no hay en mi menos pecado que en los curas pederastas. Pero a pesar de tanta oscuridad y de tanta miseria, la Iglesia me sigue abriendo las puertas.
blogs.hazteoir.org/cierzoyabrego/2010/03/23