Lo que me faltaba por escuchar era un discurso justificando el marxismo, basado en las injusticias sociales del siglo XIX y principios del siglo XX. Las diferencias sociales siempre han existido en la historia de la humanidad, pero se da el caso de que en esa época eran mucho menores que ahora. Por ejemplo, en el siglo pasado, tanto los más ricos como los más pobres, carecían de agua corriente, electricidad y comodidades mínimas. Es cierto que los campesinos vivían mal, dependiendo de las cosechas y las inclemencias del tiempo. Pero los caballeros se pasaban la vida en la guerra y sus damas tenían tantos hijos como las mujeres pobres. Así que su vida tampoco eran muy envidiable.
En cuanto a las enfermedades, afectaban por igual a unos y otros, debido a la falta de higiene y adelantos médicos. Existían gobiernos despóticos porque todavía no se habían desarrollado los derechos civiles. Asimismo, cuando empezó la industrialización, los obreros llevaban una vida muy dura. Hasta que se sustituyeron las cadenas de montaje por la maquinaria, que no se había inventado todavía. Resulta muy absurdo andar juzgando épocas remotas en base a elementos que ni siquiera existían por entonces, e ignorando las dificultades que afectaban a toda la población y que provocaban que la esperanza de vida fuera tan baja. La ignorancia es atrevida, sin duda.