Cuando me fui, la verdad es que no entendía por qué había tenido que volver, si yo no quería. Entonces pensé que realmente me esperaba alguna misión importante en la vida. Más tarde pensé que sería criar a mis tres hijos, pero ahora que el mayor ya es adulto no parece que le haya quedado nada de mi dedicacion. Y aquí sigo yo, plantada en el escenario sin saber cómo puedo hacer "mutis por el foro". Se me acabó el papel y me quedé de figurante. Si supiera dónde hay que firmar, creo que ya habría rescindido el contrato hace tiempo. El espectáculo debe continuar y por eso yo sigo ocupando mi lugar en el tablero a la espera de un personaje principal que dé sentido a la obra.
Sin embargo, el tiempo pasa y cada vez estoy más cerca del desenlace, pero de mi actuación en esta historia no quedará ya más que un vago recuerdo. No nací para ser protagonista, ni musa, ni inspiración; ni siquiera ese personaje secundario que influye decisivamente en la trama. No pasaré a la posteridad, y mis escritos acabarán perdidos en la gran neblina de internet que todo lo devora. Tanto tiempo, tanto esfuerzo, tanto cariño e interés, tantas noches en vela... A estas alturas sigo preguntándome por qué tuve que regresar, mientras tantos más valiosos tomaron el camino sin regreso.