Ante la avalancha de abortos y enfermedades venéreas, el gobierno de España ha tenido una idea brillante. No se trata de recomendar la abstinencia a los que no tienen pareja estable. No, eso sería carca y retrógrado. Han pensado gastar el dinero que nos sobra en cursos de masturbación y en fomentar el cibersexo. Como el porno ya es lo que produce más páginas en Internet, así de paso nuestros hijos estarán familiarizándose con las nuevas tecnologías. Matamos dos pájaros de un tiro.
Yo tengo más ideas geniales. Hay que organizar cursos gratuitos para enseñar a los perros macho a levantar la pata, a los gatos a lavarse, a los bebés a eruptar, a los niños a llorar y a los adolescentes a discutir. Tampoco estarían mal unos cursos de iniciación al juego con apuestas y la drogadicción. Porque, ¿para qué vamos a oponernos a lo que les gusta a los jóvenes?. Luego no les votarían. Me pregunto que pensarán de nosotros en el resto del mundo. Adios al latin lover.