"¿Qué quieres que haga por ti?». Esta es la pregunta que Jesús hace a Bartimeo, el ciego que pedía limosna a las afueras de Jericó. Pero de algún modo también es la pregunta que hace a todo ser humano que se dirige a Él con fe cuando está atravesando un mal momento en la vida. «Señor, que pueda ver» responde Bartimeo y es la súplica que también todos podríamos hacer a Cristo, pues en el fondo, lo que más necesita el hombre es poder vivir la vida con visión sobrenatural, es decir, interpretar la historia personal, los acontecimientos que nos afectan cada día desde la fe, desde la conciencia clara de que hay un plan de Dios para cada ser humano y que con la ayuda de la gracia, todo lo que nos va ocurriendo en la vida, incluso lo más doloroso nos ayuda a crecer en el amor y a llegar a la meta que es el Cielo.
Es curioso que muchas veces nos ocurre como al ciego de Jericó: nos quedamos sentados al borde del camino de la vida, los acontecimientos nos bloquean y somos incapaces de seguir caminando hacia nuestra meta, perdemos el sentido de la vida y nos ponemos a pedir limosna a los demás pensando que los hombres pueden solucionar nuestros problemas más profundos. Pero estamos muy equivocados: sólo Jesús de Nazaret es capaz de dar una respuesta convincente a nuestros interrogantes. Sólo desde la fe en un Dios que es siempre amor encontraremos las fuerzas para no rendirnos y seguir el camino que la vida nos propone y que nosotros no elegimos. Qué difícil es vivir sin fe, sin apoyarse en unos sólidos motivos que nos ayudan a superar, con la ayuda de Dios, todas las dificultades personales, familiares o sociales. La fe es un tesoro que debemos guardar y cultivar, pues nos otorga la visión sobrenatural".
Jesús Higueras. Abc.es
La dificultad de vivir sin fe