Que el amor no tiene edad es otro de los tópicos que tanto se repiten para justificar cualquier tipo de situaciones. En primer lugar, no se puede estar enamorado a los catorce años, porque sencillamente no se tiene experiencia de la vida para poder distinguir el amor de cualquier otro sentimiento (simpatía, afinidad, atracción sexual...). En segundo lugar, hay un momento para cada cosa y, pretender vivir a partir de los cuarenta años con la misma pasión, ilusión e inocencia con que se encara una relación a los veinte, resulta absurdo. Somos otras personas con el paso del tiempo y el amor va evolucionando con las circunstancias. Eso que tantos llaman amor no sirve de excusa para la infidelidad, ni para abandonar tus responsabilidades, ni para renegar de los tuyos.
El amor es sólo uno de los factores a considerar. Existe además de muchos tipos, amor filial, fraternal, universal. El amor de pareja es el más difícil de encontrar y de conservar. Precisamente por eso hay que ser muy cauto a la hora de calificar un sentimiento tan complicado. Si ese amor supone, por ejemplo, apartarse del resto de la familia, dejar de trabajar o estudiar, o cambiar de personalidad; entonces, no se trata de un amor sano y positivo y es mejor alejarlo de la mente. El amor verdadero englaba todo y no excluye a nadie. Pasa por diferentes etapas a lo largo de la vida y, si se sabe cuidar, dura para siempre. No confundir con necesidades mutuas, engaños hormonales e inmadurez emocional.