Parece mentira, pero todavía hay gente que no se ha enterado de dónde está el problema. Pongamos que yo fuera capaz de matar a alguien en defensa propia. Probablemente sería absuelta, pero eso no impide que sea culpable de homicidio. La antigua ley del aborto estaba pensada para tres supuestos extremos muy determinados: malformación del feto, violación o peligro para la madre físico o psicológico. Sin embargo, el ochenta por ciento de los abortos se han realizado según el último caso del último párrafo. Esto se debe a que las clínicas abortivas privadas tienen sus propios psicólogos que certifican lo que sea necesario. Esas clínicas han ganado una verdadera fortuna, mientras los sucesivos gobiernos procuraban no darse cuenta.
Cuando se destapó el caso del doctor Morín en Barcelona, hubo una reacción de la opinión pública contra el aborto. Entonces decidieron sacar otra ley para intentar que las mujeres abortaran antes, dando todo tipo de facilidades, para que los abortos de más de tres meses de gestación se redujeran al mínimo. Aunque seguirían estando permitidos hasta los seis meses en los tres supuestos anteriores. Ante la nueva reacción popular a este proyecto de ley, el gobierno decidió vender la píldora abortiva sin receta en las farmacias y a menores de edad. Otra vez pretende de este modo disminuir el número de abortos a base de provocarlos cuando todavía no han sido detectados.
Sin embargo, estas medidas ya se han tomado en otros países y el resultado ha sido lo contrario: aumentar el número de abortos. Esto se debe a que la gente descuida los anticonceptivos, pensando que las consecuencias no van a ser tan graves, ya que siempre pueden recurrir al aborto en caso de necesidad. El hecho de que las adolescentes puedan abortar sin permiso de sus padres es sólo un detalle más. Yo no pienso desentenderme de mis hijas tampoco cuando cumplan los dieciocho años. Lo que pretenden evitar es que sus padres las disuadan de su decisión de abortar, ya que eso demostraría que su política es un fracaso. Pero, con permiso o sin él, a los dos días, al mes o a los seis meses, un aborto siempre supone la muerte de un ser humano.
Música: Madre - Estopa (no os lo perdáis)