Nunca he utilizado este blog para hablar de personas determinadas con nombre, ni mucho menos he enlazado otros blogs para criticarlos. Si he mencionado a alguien ha sido para referirme a un tema, sin juicios de valor. Cuando he tenido una opinión que no les iba a gustar, he procurado hacerlo por correo electrónico. Sin embargo, a mí sí que me han nombrado al menos cuatro veces, que yo sepa, en otros blogs para ponerme verde. Sería muy fácil para mí contraatacar, y además aumentaría el número de visitas. Podría meter el dedo en la llaga. Podría justificarme, dar mi punto de vista, que se ha omitido. Pero no les veo ningún sentido a convertir en querellas personales temas generales que se refieren al Papa, la Iglesia o la moral cristiana. Desde que empecé a escribir, creo que había dejado claro que no pensaba transigir con esa clase de ataques, y lo que no comprendo todavía es por qué algunos suponían que no hablaba en serio.
Me debo estar haciendo famosa en internet muy a mi pesar. Me imagino que todavía ahora habrá quien esté pensando en dedicarme un bonito post. Le doy las gracias de antemano. No sé si se dan cuenta de que, de los que entran por curiosidad, siempre se quedan unos cuantos. Se puede decir que ahora este blog se nutre de también de morbo, lo cual me viene bien. Tampoco voy a engañar a nadie diciendo que no me importa saber que soy el tema de conversación negativo de tantas personas. No niego que me afecta y lo paso mal al principio, pero lo tengo asumido como gajes del oficio. Es fácil hacer leña del árbol caído, pero creo que también es cierto que Dios escribe derecho con renglones torcidos. He descubierto eso que dicen algunos artistas, que lo importante es que hablen de tí, bien o mal es lo de menos. Qué triste.
Música: Camela. Amor.com