Que el dinero mueve el mundo no es ningún secreto. En nombre del comercio se entablan relaciones con países que, de otro modo, nunca hubiéramos aceptado en nuestro entorno. Buena parte de los problemas de África se deben a gobiernos corruptos que reciben beneficios de las materias primas, pero no los invierten en la población. Son países de muchos pobres y pocos ricos; quienes a menudo viajan a Europa, donde son agasajados por las autoridades. Lo mismo sucede con China. Es bien sabido que su economía ha crecido a costa de vender a todo el mundo los mismos productos por la mitad de precio. El misterio de este abaratamiento no es otro que carecen de seguridad social, pensiones o cualquier clase de normativa de protección medioambiental. Por su causa, se han arruinado y han tenido que cerrar miles de negocios en todo el mundo. Pero ahora tienen dinero para gastar, y eso es lo único que cuenta ya.
Tanto se nos llena la boca al hablar sobre la igualdad entre hombres y mujeres, y luego estamos deseando que venga el rey de Arabia Saudí a gastarse su dinero en Marbella. La mayor parte de las mujeres del mundo ni siquiera pueden elegir marido, pero nosotros sólo nos preocupamos de a qué juegan los niños en el recreo. Aquí los sindicatos son de izquierdas en su mayoría, pero en los países socialistas está prohibido protestar, y penado con la cárcel o la pena de muerte, como en China. En cuanto a la religión, es perseguida sistemáticamente por todos los regímenes autoritarios. No desean que les recuerden a sus ciudadanos que tienen unos derechos y una dignidad como personas. Aunque no salga en los periódicos, cada año son asesinados decenas de cristianos en China, la India o algunos países africanos. Pero el espectáculo debe continuar. Las grandes potencias se lavan la conciencia con dinero, y muchos países, como España, piensan que lo que no se cuenta es como si nunca hubiera sucedido.
Música: Elton John - Circle Of Life