No sé si seré capaz de escribir este post. Necesitaría muchas más palabras y una inspiración divina pra llegar a expresar mínimamente lo que siento. He estado leyendo muchos comentarios donde se duda de que exista alguna diferencia entre hacer el amor y practicar sexo. Dicen que resulta igual de gratificante. Sin embargo, el sexo es sólo una parte del amor. Es un espejismo que sólo refleja otra realidad incomparable.
Algunas personas realmente no buscan el placer físico en sus relaciones. Lo que buscan y encuentran temporalmente en diferentes parejas es la sensación de sentirse importante para alguien. Las caricias parece que transmiten cariño y preocupación sincera por el otro. La pasión da la impresión de que te necesita más que nada ni nadie en el mundo, que no puede vivir sin tí, en ese momento. Ese hambre de cariño y sensaciones fuertes les lleva a querer repetir la experiencia una y otra vez. Pero nunca les deja totalmente satisfechos porque falta algo. Falta la sinceridad.
Acariciar a alguien porque le deseas, nunca será lo mismo que tocarle sintiendo todo tu amor en cada célula de tus manos; queriendo transmitirle de esa manera que le quieres, sea como sea y haga lo que haga, y para siempre. Recibir caricias de alguien que forma parte indisoluble de tu vida, que te acompaña en los momentos difíciles y soporta tus manías, alguien que lleva contigo incontables días y noches; va mucho más allá del sexo. Es la comunión de las almas.
La sensación de que ya estábamos juntos antes incluso de conocernos y seguiremos después de que nuestros cuerpos sean polvo. La unión espiritual con nuestros padres y nuestros hijos, como parte de un destino común. Y después de la unión de los cuerpos, cuando ya no podamos hacerlo, seguiremos unidos porque él es una parte de mí y yo soy una parte de él, y estaríamos incompletos el uno sin el otro. Felicidades mi amor.
Música: Wham - Last Christmas