En España dices esa palabra y la gente se imagina a Flavio Briatore subido en su yate rodeado de chicas en bikini. Pero la mayoría de los empresarios españoles son gente que tiene un pequeño negocio con menos de diez empleados. Un carnicero, por ejemplo, que tenga un par de ayudantes en la sala de despiece, ya es un señor empresario y no tiene nada que ver con los estereotipos que se manejan desde la política. Los empresarios son los responsables directos de crear empleo en nuestro país. Sin su iniciativa y el riesgo que corren ellos con su patrimonio, la economía no funciona. Si tienen suerte, cuanto más crece su empresa, generalmente, mayores son sus beneficios. Así que siempre desean tener una empresa más grande con más trabajadores. Si les va mal, lo pierden todo. No sólo su dinero, sino su medio de vida y todos los bienes con los cuales han avalado sus créditos.
Existen empresarios tramposos, como también existen empleados que no cumplen con sus obligaciones. Hay gente que vive de invertir en diferentes negocios únicamente para ganar dinero sin preocuparles las consecuencias. Pero no son todos empresarios, son gente de a pie que tiene unos ahorros y los entrega a entidades especializadas en inversión. Es muy fácil generalizar y culpar a un grupo social de la crisis, para así no tener que razonar más. Mi marido es asalariado. Yo no tengo arte ni parte en este tema. Pero me irrita oir decir que los empresarios quieren abaratar el despido para echar a todos, ¿y quedarse sin empresa?. La ley sólo afectaría a los nuevos contratos. La realidad es que el dueño de un negocio pequeño no puede arriesgarse a contratar a alguien, si eso significa que en el caso de tener que despedirlo el pago de la indemnización causaría la ruina de la empresa.
Naturalmente que todos queremos tener las mejores condiciones laborales posibles, pero en estas circunstancias lo más importante es reactivar el empleo. No se puede exigir a nadie que cree puestos de trabajo, si no tiene alguna garantía de que podrá salir adelante en el caso, no deseado, de que el negocio no fuera bien. Seamos serios: los empresarios no son seres despiadados que sólo quieren crear una empresa para poder despedir a la gente.
Música: Cosa de dos. La quinta estación