He pensado volver a comentar en otros blogs, para que no estemos tan desconectados. Si alguno no quiere que lo haga, no tiene más que decirmelo.
Esto de tener los comentarios cerrados tiene sus ventajas, porque me da libertad para abordar temas políticos. Primero tengo que decir que yo no he objetado a esa asignatura, pero ello se debe a que en los colegios religiosos eligen textos acordes a nuestra moral. El problema en sí no es tanto la asignatura como los libros. Lo que no tiene ningún sentido es que se hayan aprobado toda clase de opciones absolutamente opuestas.
Este tema, como su nombre indica, debería tratar sobre la manera de ser un buen ciudadano; es decir La Constitución, educación vial, respeto y, si acaso, algo sobre ecología y solidaridad. No hay ninguna necesidad de tratar cuestiones morales que afectan a la conciencia de las personas y que sólamente competen a las familias. Y menos aún, de ofender a aquellos que no están de acuerdo con esos postulados y atacar a la iglesia, el mercado libre o la familia tradicional.
Reconozco que es necesario reforzar la educación ética de los adolescentes, más que nada porque ha existido una dejación importante por parte de los padres en ese sentido. Resulta asombroso ver como gente de mi generación, que fue educada en la cultura del esfuerzo y la responsabilidad, han permitido que sus hijos se dedicaran a "la buena vida". También que chicos, cuyos padres llevan toda la vida respetándose, sean incapaces de respetar a sus parejas.
A veces el buen ejemplo no es suficiente. Mi generación no necesitaba ningún refuerzo moral porque el cristianismo en sí es una filosofía que incluye todos los valores de la ciudadanía y alguno más. Esos principios sirvieron de base a la Declaración Universal de los Derechos Humanos; y la aparición de la democracia tal como la conocemos ahora, ya que la que existía en Grecia sólo beneficiaba a unos pocos.
Sin embargo, algunos de esos libros contienen una ideología cercana al anarquismo, absolutamente desfasada y pensada únicamente para provocar. Lo que no me explico es cómo es posible que las autoridades educativas hayan dado salida a unos textos que son lo más contrario que existe al civismo que pretenden enseñar.