Parece ser que últimamente la humanidad ha decidido dedicarse a combatir las consecuencias de los problemas, pero no las causas. Así lavan su conciencia. Tenemos una gran provisión de tiritas, para no tener que evitar las heridas. Así, el banco mundial tiene un fondo de alimentación para paliar las grandes hambrunas, pero se ahorran de tomar medidas para evitar que se produzcan.
A nivel personal, existen multitud de complementos alimenticios para intentar proteger nuestra salud. Si estás estresado, te alimentas mal, fumas, bebes y no haces ejercicio..., ya no importa. Podemos tomar bífidus para reponer las bacterias del intestino, fibra, omega tres y soja. Entonces el cuerpo se acostumbra y depende de esas sustancias para siempre; y las causas siguen perjudicándonos igual. Sólo hemos conseguido dilatar el problema en el tiempo.
El otro día en un comentario dijeron que, para qué van a tener hijos los africanos, ¿para que vivan mal y acaben luchando como niños soldado en alguna guerra? En serio, he leído eso. Estoy de acuerdo, mejor que se extingan todos los pobres, que no dan más que problemas, que si me muero de hambre, que si necesito medicinas, que si quiero un campo de refugiados... Esto es un sarcasmo, por si alguien se lo había tomado al pie de la letra.
De verdad hay gente que piensa que "muerto el perro, se acabó la rabia". Si las niñas se quedan embarazadas, que aborten. Que los ancianos dan mucha pena y trabajo, eutanasia. Que casarse y tener hijos te complica mucho la vida, todos solteros. Es mucho más fácil y más barato seguir poniéndole tiritas al planeta; y no preguntarse nunca si existe otra solución más complicada, más dolorosa, pero mejor para todos.
Voy a correr caminos de verdad, voy a saltar montañas y encontrar, un nuevo sol, un blanco amanecer un hombre limpio, un mar, para poder creer. Me falta fe, me falta claridad. Me sobran mil silencios al hablar.
Quiero estallar los muros y creer que un día va a nacer lo que hoy ha muerto ya.
Cantando al silencio, matando la oscuridad, rompamos los muros que encierran a la verdad. Rasgando mentiras , sangrando los días, podemos llegar. (Mocedades)