El régimen bolivariano es hoy el Estado más corrupto de Hispanoamérica
Podemos: la jeta de despotricar contra la corrupción con Venezuela como referente
Podemos prepara una querella contra la familia Pujol. Una maniobra de propaganda en sede judicial que, por mucho que vociferen contra la corrupción, no puede ocultar el escándalo que supone que el partido de ultraizquierda esté encabezado por miembros de una fundación que cobró por asesorar a los déspotas chavistas de Venezuela, el país con más corrupción política de Hispanoamérica, sólo superado por Haití si incluimos a todo el continente.Venezuela, junto a Eritrea y Camboya en la lista de corrupción política
Según la ONG Transparency International, de una lista de 177 países clasificados por percepción de la corrupción política, en la que el 1 es Dinamarca y el 177 es Somalia, Venezuela ocupa el puesto 160, puesto que comparte con países tercermundistas como Eritrea y Camboya, y siendo superada por países como Myanmar, el Congo e Irán. Para que nos hagamos una idea de lo que eso implica, a pesar de todos los enormes defectos que tiene nuestro régimen constitucional, a pesar del tremendo descrédito que tiene la clase política y a pesar de los frecuentes casos de corrupción que saltan a los medios, España está en el puesto 40 de esa lista.
Hugo Chávez, el ídolo corrupto de Pablo Iglesias
Según señalaba la BBC en diciembre, “desde que se empezó a publicar el reporte, en 1993, Venezuela siempre ha figurado entre los países considerados más corruptos”. Hay que señalar que Chávez se convirtió en presidente de Venezuela el 2 de febrero de 1999. No parece que la llegada al poder del chavismo haya solucionado el problema de la corrupción. En 1995 Venezuela ocupaba el puesto 38 de una lista de 41 países en la que no había países tercermundistas: el único país africano que aparecía era Sudáfrica, y la única dictadura, China, figuraba de penúltima. En el índice de Transparency Internacional de 1999, Venezuela ocupó el puesto 75 de 99. En el índice de 2005 era la 130ª de 158. En 2012, año anterior a la muerte de Chávez, era la 165ª de una lista de 174. Desde entonces Venezuela se ha conformado con escalar algunos puestos entre países tercermundistas azotados por una corrupción política insoportable. Sobre el difunto mandatario, hay que decir que mientras se llenaba la boca criminalizando a los ricos y exprimiendo fiscalmente a los venezolanos, amasaba una fortuna de 2.000 millones de dólares. Y eso entre la adoración de la extrema izquierda mundial, empezando por Pablo Iglesias:
Las desastrosas consecuencias de la corrupción chavista en Venezuela
En Venezuela cualquier trámite burocrático supone una desembolso en sobornos. El gobierno, onmipresente en la sociedad venezolana, tiene poder para expropiar lo que le dé la gana: es famosa la frase de Chávez de “¡exprópiese!” señalando al primer edificio que se le ocurría, una forma abusiva de detentar el poder que es el caldo de cultivo ideal para la corrupción política. Si a eso unimos la mordaza chavista a los medios de comunicación críticos para impedirles criticar al poder -una mordaza que Podemos quiere copiar para imponerla España-, entonces tenemos ya un cóctel explosivo que da lugar a situaciones como las que están sufriendo los venezolanos: escasez y desabastecimiento -¿qué inversor con dos dedos de frente se pone a dejar su dinero en un país con tanta inseguridad jurídica?-, enormes colas para comprar los productos más básicos e incluso cartillas de racionamiento, una situación propia de un país en situación de postguerra. Y la comparación no es ociosa: la inseguridad ciudadana en Venezuela ya deja más muertos de los que sufren no pocos países en guerra: más de 24.000 muertes violentas sólo en 2013.
El estatismo de la ultraizquierda, caldo de cultivo perfecto para la corrupción
Las causas de la corrupción en Venezuela están en la propia concepción del poder que tienen formación de ultraizquierda como Podemos. Quieren un Estado que asalte todos los ámbitos de la sociedad, que nos expolie fiscalmente para sostener un aparato burocrático cada vez más desmesurado y un sistema clientelar en el cual una población activa cada vez más escasa tiene que sostener a una población subsidiada cada vez mayor. Podemos va aún más allá en esa generación de dependencia y quiere que todos estemos subsidiados, lo que supondría un gasto de 145.000 millones de euros al año y que los españoles pagásemos el doble de impuestos. Este desmesurado aumento del gasto público sólo tiene un propósito: Podemos quiere que todos dependamos del Estado -es decir, del favor del poder político- para poder vivir. Si ahora tenemos “casta”, Podemos quiere instalar una nueva que sea la dueña de nuestra existencia, como ya ocurre en esa Venezuela bolivariana a la que asesoraron Pablo Iglesias y Juan Carlos Monedero y que ahora es la campeona de la corrupción política en Hispanoamérica. Ir de paladines contra la corrupción en este plan es tener más cara que espalda.
http://www.outono.net/elentir/2014/09/02/podemos-la-jeta-de-despotricar-contra-la-corrupcion-con-venezuela-como-referente/