El 17 de octubre de 1991 un atentado de ETA hizo que Irene Villa perdiera ambas piernas y
su madre, un brazo y una pierna. «Ahí descubrí lo que era un coche
bomba. Antes de que se produjera nuestro atentado había estallado otro
coche cerca. Cuando subí con mi madre a nuestro vehículo le dije: "¿Y si
nos han puesto una bomba? Me contestó que solo era a gente importante».
Así comenzó su relato la periodista y escritora ante dos millares de
jóvenes en el congreso de «Lo que de verdad importa» que tuvo lugar en el Centro de Congresos Príncipe Felipe este miércoles .
Cuando los sanitarios llegaron al lugar del suceso creían que Irene había fallecido:
«Decían a por la madre, que la niña está muerta». Cuando Irene ingresó
en el hospital, su padre le dijo a los médicos que no querían que la
salvara porque pensaba que su hija no se lo perdonaría nunca. «No le
hicieron caso. Algo externo a la voluntad del médico le hizo operar»,
matizó.
Para esta niña y mujer coraje fue duro asumir su nueva realidad. «¿Y ahora quién me va a querer?», le decía a su padre. Pero un día se miró al espejo y aceptó su nueva situación. «Es vital sonreír cuando
la vida menos merece que sonrías. Lo importante es aceptarse: solo así
floreces», aconsejó ante los dos millares de jóvenes. «Me di cuenta de
que el mundo es como tú quieres que seas. Merece la pena vivir.
Da igual como te vea la gente. Lo que importa es como tú te veas. No
tenía piernas pero tenía algo más importante: amor, esperanza,
optimismo. Gracias a eso aprendí a caminar. Mirar al frente con valor y
jamás me rendí. A veces las dificultades vienen para hacerse más
fuerte», sentenció.
abc.es/madrid/20131128/abci-lqdvi-historias-lucha-vida-201311272119_1.html