¿Defenderían los progresistas que un anciano opte a una guardería?
Si lo progresista es negar el sexo biológico, ¿por qué no negar también la edad biológica?
El Colorado College de Colorado Springs, EEUU, ha decidido ofrecer a sus alumnos la posibilidad de elegir entre cinco sexos distintos: hombre, mujer, transexual, sin respuesta y queer. Según la oficina de minorías de ese centro, esa nueva clasificación pretende incluir a “lesbianas, hombres gais, gente bisexual, gente asexual, gente transexual, gente intersexual, etc.” * Pronto, seguramente, se les ocurrirá algún adjetivo más con el que seguir abundando en el disparate.Un interesante documental que echa por tierra los dogmas de la ideología de género
Las bases de la ideología de género, resumidas en un minuto y medio
Hoy en día el pensamiento único progresista ha establecido que lo políticamente correcto no es hablar de sexo biológico. La ideología de género que promueve el progresismo viene a afirmar que las naturales diferencias entre sexos son consecuencia de los roles culturales impuestos a hombres y mujeres, y que lo acertado es hablar de géneros y que cada uno elija libremente el que le da la gana, se corresponda con su realidad biológica o no. Dicho sea de otra forma: afirmar que la naturaleza sexuada del ser humano nos divide entre hombres y mujeres es algo intolerable para ese pensamiento único progresista. Totalmente atrofiado por una sobredosis de relativismo, esa ideología ya no es capaz de aceptar ninguna verdad objetiva, aunque provenga del estudio de la naturaleza por parte de la ciencia, si ésta contradice los dogmas de la ideología de género.
Sin embargo, el progresismo sí acepta las barreras biológicas en lo relativo a la edad. No he visto a progresistas, por ejemplo, afirmando que a los niños de 12 años se les debería permitir votar, o que a los de 8 años se les debería dar la opción de obtener el carnet de conducir. De igual forma, hasta ahora no se ha presentado ningún progresista pidiendo que se permita a los ancianos de 70 años optar a plazas en una guardería infantil en pie de igualdad con los niños de 1 o 2 años. A fin de cuentas, si un hombre puede afirmar sin más que ha decidido hacerse mujer, transexual, intersexual, queer o mediopensionista, y el Estado y toda la sociedad han de asumir la ocurrencia incluso plasmándola en documentos oficiales, ¿por qué no hacer lo mismo con la edad? Desde una óptica progresista tiene la misma lógica que un hombre decida ser mujer y que un anciano decida tener 7 años, o que un niño decida tener 50, ¿no?
Si aún no hemos visto manifestaciones en ese sentido es porque el antidiscriminacionismo progre está centrado en cuestiones sexuales y se deja aún lagunas, tal vez por despiste o tal vez porque es consciente de que sus máximas contraculturales, llevadas hasta las últimas consecuencias, son tan disparatadas que pondrían a la sociedad entera patas arriba. Por eso prefiere ir introduciendo los disparates poco a poco, primero presentándolos como una opción y como una forma de libertad, ante la cual toda crítica se convierte en un claro signo de intolerancia y fanatismo, para luego ir imponiéndolos por la vía de la coacción: hoy en día atreverse a criticar los dogmas ideológicos que respalda el lobby de género te puede costar una visita a los juzgados. Obvia decir que algunos estamos dispuestos a aceptar esa visita en defensa de uno de los derechos humanos más básicos, que es la libertad de expresión.
Los ideólogos de género tienen total libertad para afirmar todos los disparates que se les ocurran en materia sexual. Faltaría más: la libertad de expresión incluye, también, el derecho a negar la realidad. Si uno no tiene sentido del ridículo, nadie se lo puede imponer. Lo que quiero plantear es una pregunta la mar de obvia pero que no veo que se haga mucha gente: ¿por qué ha de dejar la sociedad que una minoría extremista le imponga sus caprichos incluso llegando a negar la realidad biológica del ser humano? Ciertamente es cómico ver a los que acusan a la Iglesia, falsamente, de estar contra la ciencia y contra la razón, criticando al mismo tiempo la afirmación de evidencias científicas como el inicio de la vida en la concepción o la existencia del sexo masculino y femenino en la naturaleza humana. Pero lo cómico se convierte en grotesco cuando la crítica se convierte en intento de censurar toda discrepancia hacia esos disparates. Los progresistas que se presentan a sí mismos como custodios de la ciencia y la razón están, al fin y al cabo, destrozándolas a base de dogmas ideológicos puramente irracionales y anticientíficos. Y lo peor es que la sociedad, acomplejada ante la prepotencia de esos progresistas, se deja imponer esos disparates incluso a costa de ver cercenadas sus libertades.
* Nota: obsérvese un detalle: el Colorado College confunde sexo y orientación sexual. Obviamente hay personas que sienten atracción por otras personas de su mismo sexo, pero eso no significa, por ejemplo, que una lesbiana deje de ser una mujer.
outono.net/elentir/2013/11/08/si-lo-progresista-es-negar-el-sexo-biologico-por-que-no-negar-tambien-la-edad-biologica/