En un artículo publicado en el diario panameño La Prensa, bajo un título sobre el tema anunciado, la señora Britmarie
Janson Pérez denuncia la supuesta persecución a los homosexuales del
mundo provocada por el Vaticano y, concretamente, por el Papa Benedicto XVI.
Como el artículo fue escrito y publicado poco antes de la aprobación de la ley francesa sobre la redefinición del matrimonio,
a la autora no se le podía preguntar si la ley sobre el matrimonio gay
es o no una persecución del homosexualismo político al Vaticano.
Para la autora del escrito y quienes piensan como ella, según parece,
el Papa no tiene otra cosa más importante que hacer y, por eso, ella
le lanza un ataque de 517 palabras, la mayoría de las cuales yerran el
blanco, porque se desvían de la verdad. Y esto sucede cuando se escribe guiado por prejuicios.
Para respaldar sus ideas, cita como fuente una conocida revista norteamericana –Slate–
de temas variados y enfoques radicales. Citando a esa revista como
fuente, nos dice que el cardenal Ratzinger trató al homosexualismo como
una “enfermedad infecciosa” y que abogó porque se les negara protección
legal (aunque no dice de qué).
Además, no se entiende si es idea propia o de la citada fuente la
afirmación de que el cardenal Ratzinger no admitió (como si fuera un
error del Papa, que no lo es) que “en todos los tiempos y en todas las
culturas hubo personas que nacieron con esa orientación sexual”. O ella o la revista ignoran el hecho científicamente cierto de que nadie nace con “esa orientación sexual”.
Después, como podía esperarse de alguien interesado en enlodar al Papa, cita fuentes católicas (disidentes), sobre el desafortunado padre Maciel, cuyas corruptas acciones no se cansan de repetir algunos; aunque, claro, con citas incompletas y malintencionadas.
También se equivoca la autora cuando se refiere al caso de los curas pederastas que con cínico entusiasmo abanicaron algunos medios informativos.
Y en una muestra de su fértil imaginación nos dice, como si pusiera una
pica en Flandes, que “cuando se “destapó el escándalo de pederastia
“practicada por cientos de curas y algunos miembros de la jerarquía
católica, voceros del Vaticano insinuaban que la pederastia sería
producto de la homosexualidad”. Pues viera que así fue, señora. El lobby gay dejó de hablar del asunto cuando la Iglesia, tras investigar el alcance y profundidad del problema, reveló que la gran mayoría de los casos de curas acusados de pedofilia eran, en realidad, casos de pederastia y que se trataba de religiosos involucrados con jóvenes adolescentes homosexuales.
(http://www.huffingtonpost.com/2010/03/31/bill-donohue-catholic-sex_n_520187.html)
No se trataba de justificar los vergonzosos actos, sino de conocer la verdad. La Iglesia no ha rechazado nunca al homosexual sino al acto sexual sodomita. Para la Iglesia, lo importante es la castidad, que es posible por cualquier persona, homosexual o no.
Pero, lo que demostró el “destapado caso” fue que de los homosexuales,
ni con sotana se puede asegurar el autocontrol. Tampoco es el celibato
la causa posible de corrupción, como repite el escrito; sino la falta
de fe, de ética, de moralidad. También entre los casados heterosexuales
se dan casos de inmoralidad.
Otra noticia que ignoraba la preocupada autora sobre la oposición de la iglesia francesa al matrimonio homosexual es que importantes
personalidades públicas homosexuales, criados por parejas homosexuales,
junto con centenares de gays, se unieron a las marchas contra el matrimonio gay, para denunciar las penalidades sufridas por ellos debido a la crianza recibida.
(http://www.hazteoir.org/noticia/50571-soy-francesa-soy-homosexual-mayor-homosexuales-no-queremos-matrimonio-ni-adopci-n
forumliberrtas.com.
http://www.c-fam.org/fridayfax/espanol/9314/homosexuales-franceses-se-unen-a-protesta-contra-matrimonio-gay.html)
Aunque, claro, como buenos socialistas, los del gobierno pro-gay galo
despreciaron y desoyeron las voces de la sensatez para hacer lo que
les dio la gana y colocaron sus caprichos ideológicos por encima de la
verdad, de la salud moral de la nación y de los intereses legítimos de
la mayoría.
También ignoraba la autora que estas manifestaciones de los gays
franceses en contra del matrimonio homosexual y la adopción de niños,
confirma, en vivo y a todo color, los resultados del estudio científico
sobre el tema del Dr. Mark Regnerus, de la universidad de Texas, EE.UU; una investigación científica rigurosa e inobjetable,
para desesperación del lobby homosexual internacional y sus seguidores.
En la investigación se comprueba que los niños criados por parejas
homosexuales sufren serios y diversos problemas sicológicos y de
personalidad, en proporción significativamente mayor que los niños
criados en hogares de parejas normales de varón y hembra. Al igual
que la organización internacional del homosexualismo político, la
autora trata, también, de desacreditar el estudio del Dr. Regnerus;
pero, todo ha resultado en coces contra el aguijón. Como no pueden
refutarlo, simplemente lo desacreditan y evitarán que se conozca la
investigación. El siguiente enlace informa del tema. (http://www.lifesitenews.com/news/what-you-need-to-know-about-the-mark-regnerus-study-of-homosexual-parents).
Claro que tampoco estas evidencias científicas en contra de la
adopción de niños por parejas gays le importaron al fanático presidente
francés y a sus fieles y disciplinados legisladores socialistas y
aliados.
Finalmente, la autora pretende dar lecciones de democracia diciendo
que ninguna religión o culto tiene el derecho de imponer sus creencias,
opiniones y prejuicios mediante la ley. Tiene razón en esto. Pero, se le
olvidó decir que los chicos de los movimientos LGTB no tienen ningún derecho a imponer sus caprichos ideológicos a la sociedad mediante leyes contra la cristiana Cultura de la Vida y el Bien Común, que es lo que ha hecho el gobierno socialista francés.
http://blogs.hazteoir.org/opinion/2013/02/06/los-homosexuales-y-%C2%BFel-vaticano-perseguidor-por-miguel-a-espino/