Los peligros de hacer demasiado caso a tu GPS
Todos hemos tenido algún momento de estrés siguiendo las indicaciones de un GPS. La página web Diario del Viajero ha
realizado una divertida recopilación de alguno de los errores más
divertidos provocados por las indicaciones de estos aparatejos.
El problema llega cuando te fías del aparato más que de tu propio sentido común.Los habitantes de Luckingtown (Inglaterra) tuvieron que sacar del río 12 coches al día durante una semana de 2006. Al parecer, el error estaba en que el sistema GPS señalaba la existencia de un puente para cruzar el río. Los conductores rescatados reconocieron haber seguido ciegamente en el navegador, haciendo caso omiso a las señales a ambos lados de la carretera local.
El senegalés Mohamadou Dassi Gueye falleció en octubre de 2010 al seguir una ruta obsoleta que no había actualizado su GPS. Tenía 35 años cuando cometió el error de ignorar un cartel de "Prohibido el paso" en la carretera. Aunque el se hundió en el pantano de La Serena, su acompañante pudo salvar la vida.
Un grupo de turistas japoneses que visitaba Brisbane (Australia) acabaron sumergidos con su coche en el Océano Pacífico. Lo curioso es que tras el incidente uno de ellos insistía en que "no sabía cuál era el problema". Ni la zona de espeso barro que atravesaron ni caer de bruces al mar minaron su confianza en su GPS.
Se debería repasar la ruta antes de empezar el viaje.
El escritor Ken Jennings cuenta una divertida historia en su libro Un mapa en la cabeza. Habla de una pareja de novios que intentaban llegar a Capri en el verano de 2009: "Por desgracia, escribieron mal el nombre del destino al introducirlo en el GPS y varias horas más tarde llegaron a la industrial localidad norteña de Carpi.
Se dirigieron al ayuntamiento y preguntaron a unos desconcertados funcionarios cómo llegar a la Grotta Azzura, la famosa cueva marina de Capri. Los funcionarios dieron por sentado que la "Grotta Azzura" debía de ser algún restaurante local del que nunca habían oído hablar". Si es que hay que revisar dos veces las instrucciones que le damos al bicho.
Más allá de historias trágicas o graciosas, hace tiempo que existe cierta preocupación por los efectos que pueda tener en nuestra memoria la delegación de nuestra orientación en las herramientas tecnológicas.
La profesora de psiquiatría Véronique Bohbot, especializada en la memoria espacial, advierte del siguiente riesgo: "La sociedad está encaminada a reducir el hipocampo cerebral. En los próximos veinte años vamos a ver cómo los casos de demencia aparecen más pronto".
Está demostrado que la memoria se conserva con el uso: los taxistas londinenses tienen mayor hipocampo que quienes confían ciegamente en sus asistentes robóticos. ¿Creéis que deberíamos usar menos el GPS? ¿Hasta que punto es útil?
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