“Soy consciente de la manipulación de Cataluña en lo que estudiamos”
Un modelo educativo caótico, 
resultado de treinta años de políticas nacionalistas: 17 sistemas 
educativos y 17 libros distintos para cada asignatura. Las nefastas 
consecuencias, para los alumnos.
REDACCIÓN HO / 
La Razón.- 
Alicia y su hermano
 estudiaron la primaria y la secundaria en Cataluña, sin embargo, ahora 
en la actualidad realizan sus estudios superiores en Madrid. Alicia
 lamenta las consecuencias de la política nacionalista catalana que impide el conocimiento del castellano, lengua oficial en todo el territorio español. Alicia también cuenta el caso de su hermano al que 
le resulta imprescindible el uso del diccionario de español en la universidad de Ciencias Físicas.
 
Aula en Cataluña.Las comunidades autónomas nacionalistas no cumplen 
las sentencias judiciales - siguen 
sin permitir la enseñanza vehicular en español,
 priorizando una inmersión lingüística en el idioma autonómico, en 
detrimento de los derechos de todos los españoles- y además de esto, 
España y todos los escolares tienen que padecer los 17 sistemas 
educativos: en función de que estudien en una u otra comunidad autónoma 
así estudiaran contenidos muy dispares en Lengua, Matemáticas, Historia,
 Geografía, etcétera.
 
Lo que estudian los escolares en Madrid poco tiene que ver con lo que estudian en Cataluña o País Vasco.
“Desde que las comunidades autónomas asumieron las competencias educativas, parece como si nos hubiéramos 
empeñado en dar prioridad a las características que diferencian a unos españoles de otros, en lugar de valorar aquellas que nos unen, que son muchas más”, lamenta el presidente del sindicato de profesores ANPE, 
Nicolás Fernández, en declaraciones recogidas por 
La Razón.
 
Los estudiantes pagan las consecuencias de no cumplir la Constitución en materia lingüística
Son
 los alumnos los que luego pagan las consecuencias. “He vivido en 
Tarragona y hace tres años vine a estudiar Periodismo a Madrid y me 
costó muchísimo el cambio que ha supuesto para mí tener que escuchar 
todas las clases en castellano. Mis apuntes eran una mezcolanza de lenguas porque empezaba a escribirlas en castellano y terminaba en catalán. Soy
 consciente de la manipulación que se hace en Cataluña de lo que 
estudiamos, porque parece que lo único que importa es Cataluña y el 
catalán, y luego es terrible ver en Facebook las patadas al 
castellano que dan mis amigas en sus comentarios, que llegan a poner el 
verbo haber con uve”, explica Alicia, de 21 años. “Mi hermano también cursa Ciencias Físicas ahora en Madrid y tiene que utilizar el diccionario de castellano para estudiar”.
Es
 el resultado de treinta años del Estado autonómico que ha desembocado 
en 17 sistemas educativos diferentes y 17 libros para cada una de las 
materias con contenidos dispares en 
Historia, Geografía, Lengua, Matemáticas, etc., según la comunidad en la que nos encontremos.
 
Ernesto Ladrón de Guevara,
 doctor en Filosofía y Ciencias de la Educación y luchador durante 
treinta años en el País Vasco por la defensa de los derechos del niño, 
asegura que “tanto el nacionalismo vasco como el catalán han tenido un 
plan que lo han desarrollado en el tiempo milimétricamente para ir 
cambiando la cosmovisión de las ciudadanías a través de la escuela y los
 medios de comunicación”.
El Gobierno establece unos
 contenidos mínimos, pero las comunidades autónomas también tienen 
potestad para introducir en el temario lo que consideran oportuno, 
saltándose a veces de forma unilateral los porcentajes de los contenidos
 comunes que impone la ley.
Para el presidente de la Asociación por la Tolerancia, 
Eduardo López Doriga,
 la solución pasaría por “devolver ciertas competencias educativas al 
Estado porque no podemos tener 17 historias diferentes y es necesario 
unificar criterios. 
No se puede dejar la historia en manos nacionalistas porque ya se ha visto a lo que nos ha conducido”, en declaraciones recogidas 
en el artículo de este domingo en La Razón.