Aquí no hay quien viva (ni quien done)
La Fundación Amancio Ortega firmó ayer un convenio de colaboración con Cáritas
por el que este señor aportará 20 millones de euros para programas de
atención básica hasta finales de 2013. Como es habitual en un país que
cada vez se va pareciendo más a una vesícula, ha habido algunos memos
que han despreciado e incluso criticado la acción, con esos argumentos
de payaso amargado que no se sabe si buscan una extraña piedra filosofal
que devuelve con el eco un rebuzno. Estos progres de la memez, que son
envidiosos por parte de padre y odiadores por parte de madre, no
terminan de enfadarme porque también serían capaces de conmoverme: ellos
podrían acabar, como todos, en la cola de un comedor social.
Ayer tuve que leer el siguiente razonamiento matemático: “Que Amancio Ortega done 20 millones de euros es como si yo dono 1 euro”.
Por supuesto, querido memo, pero dado que te gusta tanto echar cuentas,
convendrás conmigo en que para alcanzar 20 millones de euros se
necesitan 20 millones de roñosos que dejen una mierda de donación como
la tuya. Y que me perdonen los de Cáritas, que seguro que no le hacen
ascos ni a la donación del miserable euro de este mono con 3G, pero
también les advierto: cuidado con estos gilipollas, porque igual que
demonizan a Ortega, les criticarán por no distribuir democrática e
igualitariamente la comida: si un chaval de 40 kilos come un plato de sopa, yo que peso 80 me merezco dos platos,
razonará el muy tontainas. Introduzco la palabra “merecer” porque
últimamente se usa mucho, especialmente para exigir la wifi en las
paradas de autobús.
Otro top es la de los listísimos que se
ponen a decirle a Amancio Ortega lo que tiene que hacer con su dinero, e
incluso a echar cuentas de a cuánto tocaríamos si lo diera to’ pal pueblo.
Y una muy buena es la de los que le critican por tener fábricas y
centros de logística fuera de esta patera mal avenida en la que vivimos.
Si Lucía Echevarría, por poner el ejemplo de un escritor cualquiera,
escribiera directamente en mandarín (es un suponer), su editorial no
tendría que andar por todo el Planeta buscando un chino deslocalizado o
un pobre inmigrante para traducirla (traducir, no copiar, no tengamos
prejuicios con los chinos). No sé si me siguen… O sea, que por lo visto
la globalización es una plaga, y cabe hacer una durísima crítica al
negocio editorial, por ejemplo, puesto que promueve la
internacionalización de los mercados, algo horrendo que al parecer sólo
trae el mal. Un mal perverso que hace que Inditex dé trabajo a más de
100.000 personas (la mitad en España) y que haya logrado ganar casi
2.000 millones de euros en 2011… después de impuestos con los que, por
cierto, se pagan jubilaciones, prestaciones de desempleo y hasta el
sueldo de diputado de ese alcalde (¿serán dos sueldos?) que hoy asalta
un Mercadona y mañana hará lo mismo con un Zara para, desde la justicia
social, regalarle una pashmina a su señora o a cualquier colegui de algarada.
Yo soy donante de Cáritas, y a mucha
honra. Creo que, al igual que muchas otras organizaciones, realizan un
trabajo muy bueno, y más en un momento tan duro como en el que estamos.
Creo, de corazón, que el gesto de Amancio Ortega suma, y suma un montón:
20 millones de euros… en fin, no sé vds, pero yo hay meses que no los
gano. Muchas otras empresas, otros empresarios, otros ricos, otros
famosos, dedican parte de sus beneficios a donaciones, y tienen
programas sociales. De verdad que no consigo entender qué se puede
criticar. Se me dirá que tienen exenciones fiscales y es cierto, pero
alternativamente también le darían ese dinero al Estado, y prefiero
pagar platos de sopa que embajaditas y coches oficiales. Me dirán que
son actos publicitarios y es cierto, pero también se promociona la
acción de solidaridad y la organización social receptora, que obtienen
notoriedad y un efecto de emulación que también hará aumentar las
donaciones. Y por último, miren, cada uno hace con su dinero lo que
quiere. O mejor dicho, lo que le deje el Estado…
Quizá Amancio Ortega no debería haberlo
hecho: este país de mierda en el que vivimos no se lo merece. Pero para
ser coherente no debo juzgarle, puesto que acabo de criticar que otros
lo hagan. Así es que dejaré que opinen los más de 6 millones de personas
atendidas por Cáritas el año pasado, que seguramente saben mucho mejor
que yo de qué coño estoy hablando.
C.Jiménez
http://unmundoparacurra.es/