Menuda la que le han armado los de la neoinquisición a Alberto Ruiz-Gallardón por decir lo que es obvio: que la mujer en numerosas ocasiones se ve abocada a abortar (bueno, eso de abocada es un decir, que nadie obliga a matar). Y eso, señores, es violencia de género estructural. Sí, sí. De hecho violencia a manos de esos mismos violentos la está sufriendo estos días el ministro. Quieren obligarle a callar. No toleran que se cuestionen sus macabros dogmas.
Que no se le ocurra al ministro decir, por ejemplo, que junto a los 6 millones de muertos de Hitler o los 100 del comunismo… están los 900 millones de nonatos asesinados en el vientre materno. Un verdadero holocausto que como tal será reconocido en el futuro para vergüenza de individuos como Leire Pajín.
Todos sabemos que en muchas ocasiones hay abortos porque la mujer piensa que será despedida, o porque los propios médicos, esos del juramento hipocrático, la impulsan a abortar, o la sociedad en pleno le dice que lo mejor es “sacárselo” porque es “una carga”. De las madres de familia numerosa mejor ni hablar. De esas, directamente, se ríen.
Es lo que mandan los dogmas feminazis (resulta curioso que luego esas mismas feminazis pidan más pensiones cuando están contribuyendo a cargarse la demografía, aunque ese es otro tema).
Hoy Red Madre destapa el pastel: el 80% de las mujeres que reciben ayuda se deciden por la maternidad y no abortan.
Y eso, parar la matanza, es justo lo que quiere evitar el PSOE.
http://anghara.com/gallardon-tiene-razon-violenciaestructural
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