Querida Menopáusica:
Tu desgarrador testimonio me llegó al corazón, y no te quiero mentir ni un poquito.
Quiero decirte que sí, que a los 50 años, si hacés gimnasia, una dieta estricta, un retoque de cirugía aquí y allá, una constante visita a la peluquería, tenés un excelente dentista, una buena dermatóloga, un ginecólogo de confianza, un traumatólogo consciente, un oftalmólogo aggiornado, una buena profesora de yoga, tomás vitaminas, hacés caminatas y tenés el mejor analista… podés estar bien. Pero quedás muerta.
Estás fenómena pero te lleva todo el tiempo de tu vida. Si verdaderamente te lo proponés y tenés una voluntad de hierro, podés alargar tu vida.
Lo que no sé si te van a quedar son ganas de vivir.
Pero no tenemos que dejar que eso nos detenga. ¡Por supuesto que es importante hacer el esfuerzo! ¿Para qué?…
¡Para empeorar mejor!
Y yo creo que hay algo muy importante para destacar de esta etapa de la vida, que nadie reconoce lo suficiente: Y es que – a los 50 – ya no estamos solas.
¡Estamos rodeadas de profesionales! Tenemos tantos médicos de cabecera que vamos a tener que agrandar la cama.
Le pregunté a mi amiga Liliana Mizrahi, porque sé que ella había pensado en formar grupos de menopáusicas, y me informó acerca de éstos que parecen muy recomendables.
Uno de ellos es el UM: Ultra Menopáusicas. Son mujeres muy orgullosas y exhiben sus síntomas. No se abanican los calores. Exigen que les abran las ventanas y si no las rompen a sillazos. Cuando lloran toman vino tinto y cantan “Uno”:
“Si yo tuviera menstruación… La misma que perdí… Si yo pudiera como ayer. Ovular y presentir… Es posible que a tus ojos que me miran Sin cariño los cerrara con desprecio…” etc, etc.
No controlan sus emociones. Se pelean con los colectiveros, les pegan a los maridos… son la vanguardia menopáusica.
Luego está MOMO, que es la sigla por Menopáusicas Optimistas. MO– MO. Lo dicen dos veces para creérselo.
Es un grupo brasileño y se constituyeron como “escola do samba”. En el último carnaval cantaban: “Menopausia maravillosa, llena de encantos mil, Calores de minho corpo, Corazón de meu Brasil.”
También está MAMA, que es la sigla de Menopáusicas Amnésicas: MA- MA. Lo dicen dos veces para acordarse.
El único problema con este grupo es que no pueden reunirse nunca, porque se olvidan la fecha, el lugar, los objetivos y las tareas.
Y, por último está el REMA que es un Remolque para Menopáusica Apáticas. Si te quedás estancada en algún lugar, te vienen a buscar y te remolcan hasta tu casa.
Querida amiga, el temor que le tenemos a la palabra menopausia es absolutamente injustificado, ya que – al tener plena conciencia de lo que nos espera – podemos pasar instantáneamente a un estado de gracia.
Nos volvemos Zen.
No sólo vamos a vivir en el “Aquí y ahora” sino más bien en el “Ahora o nunca”.
Con amor, Gabriela
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